Diversidad funcional o la autogestión individual de nuestras vidas.

3 noviembre 2010

El Sistema Educativo intimida a los padres para discriminar a los hijos.

Filed under: Derechos humanos., Testimonios — Mª Ángeles Sierra Hoyos @ 12:11

 

 

DISCRIMINACIÓN: Excursiones no accesibles que rozan la ilegalidad.

Por Eva Reduello Fernández

Gloria tiene un dictamen de escolarización en el que precisa monitor.

El lunes hay una excursión.

Su profesora se niega a realizar la excursión si tiene que ir con los 25 alumnos sin monitor o sin algún apoyo.

La Directiva me sugiere que vaya yo.(negativa  razonada)

La Directiva me sugiere que vaya un familiar.(negativa razonada)

La Directiva me sugiere que contratemos un canguro y firmemos una autorización para que acompañe a la niña.

Siempre con la misión de sustituir a la figura de ese monitor.(negativa razonada) A la pregunta de ¿ pero por qué no? Ya sólo cabe una respuesta: PORQUE NO QUIERO.

La realidad es que hay 5 alumnos que necesitan el monitor, y sólo hay un monitor para todos ellos. Además realmente hay muchos más que precisan su ayuda pero no  tienen esta figura descrita en su dictamen  o bien todavía están pendientes de dictamen. Por eso  a la Delegación le salen las cuentas y afirman que hay suficiente personal, ya que se tiene que atender a alumnos que no constan numéricamente que tienen esas necesidades en sus ordenadores. Y para la Delegación sólo le valen las cuentas que le valen, las suyas… que no suelen coincidir nunca con la realidad por supuesto.

Si el único monitor existente se va con Gloria a la excursión, los demás alumnos que lo necesitan se quedan en el colegio toda la mañana sin su figura. Sus padres tendrán que acudir al colegio si se hacen pipí o caca, o se manchan y hay que cambiarlos.

La Directiva sugiere que si esta vez el monitor va con mi hija, a la próxima no irá para que pueda ir con otro alumno.

La Directiva sugiere que "hay que compartir" y deja entrever lo poco solidarios que somos con los demás alumnos y que sólo miramos por nuestros intereses.

Tras casi hora y media de reunión, la directiva decide que Gloria irá a la excursión del lunes acompañada de la monitora, y a las próximas dos excursiones siguientes con la figura que se estime oportuna.

Los demás padres estaban dispuestos a compartir monitor, a acudir a las excursiones sustituyendo la figura del monitor, a acudir al colegio a asistir a sus hijos cuando la monitora no esté disponible para sus hijos  por ir a la excursión con mi hija…

A TODO MENOS A DEFENDER SUS DERECHOS.

Y YO QUIERO DECIR QUE:

1. EL DICTAMEN DE ESCOLARIZACIÓN ES DE OBLIGADO CUMPLIMIENTO. Si un director permite la salida fuera del colegio sin que haya los recursos necesarios, está incumpliendo la legalidad y es el último responsable.

2. LAS EXCURSIONES DEBEN SER ACCESIBLES PARA TODOS. El director es el máximo responsable pedágogico del Centro, y es el que debe velar porque las excursiones se organicen para que TODOS LOS ALUMNOS DEL CURSO  PARA LAS QUE ESTÁN DISEÑADAS PUEDAN ASISTIR A ELLAS EN IGUALDAD DE OPORTUNIDADES. En el caso de los alumnos con diversidad, es obligatorio que sean accesibles de acuerdo a sus características, y por supuesto CUMPLIENDO EL DICTAMEN.

3. LOS PROFESORES NO TIENEN OBLIGACIÓN DE IR DE EXCURSIÓN. Pero digo más, es que se deberían  negar a ir incumpliendo dictamenes y poniendo en peligro la integridad de los pequeños, por mucho que sus superiores "les obliguen".

4. LA FIGURA DEL MONITOR, PUEDE SUSTITUIRSE POR UN DOCENTE. Esto es asi cuando su función no es asistencial, sino social, cuando se esta haciendo una labor de mediación, y de apoyo al tutor. El profesor no tiene obligación de cambiar de ropa  a un alumno (lo puede hacer si quiere pero no es su obligación), pero si tiene obligación de velar por la integridad física de cualquier alumno QUE ES ENTRE OTRAS COSAS LA RAZÓN POR LA  QUE MI HIJA NECESITA UN MONITOR: SU INTEGRIDAD FÍSICA.

5. TODA LA REUNIÓN SE HUBIERA AHORRADO, SI DESDE EL PRINCIPIO NOS DIJERAN: PAPIS, EN VEZ DEL MONITOR QUE SE NECESITA Y MUCHO PARA LOS PEQUEÑINES, VA A IR UN PROFESOR DE APOYO CON LA TUTORA DEL CURSO, QUE SE ENCARGARÁ DE TU HIJA. Y ASUNTO RESUELTO.

Pero antes de llegar a esto… se usa todo lo demás, de forma disuasoria y discriminatoria. Incluso se enfrenta a unos padres "buenos y colaboradores que si acuden a las excursiones, o aceptan que sus hijos no vayan a las mismas" frente a otros "malos y agresivos" QUE SÓLO QUEREMOS QUE SE TRATE A NUESTRA HIJA Y A TODOS LOS DEMÁS CON DIGNIDAD, EN IGUALDAD DE OPORTUNIDADES COMO MARCA LA LEY.

Si todos los padres supieran que SE LES ESTÁ DISCRIMINANDO,  y no colaboraran con estas actitudes, hace tiempo que este tipo de problemas estarían resueltos.

COLABORAR CON UN CENTRO ESCOLAR NO ES LESIONAR LOS DERECHOS DE TU HIJO, PARA CAER EN GRACIA DE LA DIRECTIVA, A VER SI A TU HIJO LO TRATA MEJOR QUE A LOS OTROS Y RECIBE CARIDAD. COLABORAR CON EL CENTRO ESCOLAR ES DENUNCIAR, UNIRSE Y PROTESTAR, Y PEDIR QUE LOS RECURSOS QUE HACEN FALTA, SE PONGAN YA PARA TODOS.

En el colegio de mi hija no hay recursos entre otras cosas PORQUE LOS PADRES DE LOS NIÑOS CON DIVERSIDAD NO LOS EXIGEN.

SIN LA UNIÓN DE LOS PADRES NO HABRÁ RECURSOS NI MEJORAS. Y LAS DIRECTIVAS TRATAN DE DESUNIR A LOS PADRES PARA NO TENER PROBLEMAS CON SUS SUPERIORES Y TAPAR LAS INMUNDICIAS EDUCATIVAS DE ESTE PAÍS.

POR ESO SÓLO NOS QUEDA UNIRNOS Y LUCHAR POR LA DIGNIDAD EDUCATIVA DE NUESTROS HIJOS.

1 octubre 2010

“SALVÉ DOS VIDAS Y RENUNCIÉ A MI OFICIO.”

Filed under: Memoria Histórica, Testimonios — Mª Ángeles Sierra Hoyos @ 9:57

 

(Artículo escrito por Alfonso Quintana y Pena, presentado por Rogelio Diz)

Gracias a que este formato de diario digital, tiene la particularidad de no ser tan esclavo a la rigidez de tamaño en prensa escrita, y es por eso que me gustaría sacar a la luz un relato a principios del Golpe de Estado del General Franco, y que demuestran los procelosos momentos vividos y como se manejaban las cosas dentro de los innumerables procesos que en España se vivieron desde esa fecha hasta su muerte en 1975, lo hago porque es posible que algunos allegados o familiares pudieran reconocer los nombres que aquí se vierten y saber por parte de quien estuvo en ese momento en medio del huracán del suceso que así lo cuenta.

“SALVÉ DOS VIDAS Y RENUNCIÉ A MI OFICIO.”

No recuerdo exactamente la fecha, pero eran los últimos días de julio o los primeros de agosto de 1936 ya declarado el estado de guerra, cuando una tarde se presento en mi despacho, un sargento del ejercito, para notificarme que cinco procesados en un sumario, que instruía el Comandante de Infantería Don Amador Regalado, con motivo de la sublevación militar que, en El Ferrol, había tenido lugar, en las primeras horas de la tarde del lunes 20 de julio, me habían nombrado su defensor, por lo que me requería para que manifestase, si aceptaba o no tal defensa. Pregunte al requirente, quienes me habían nombrado a tal efecto y ya sabedor de quienes eran, respondí que aceptaba tal nombramiento, firmando la consiguiente diligencia. Es lógico que en tan aciagos días, no se me ocultase la difícil situación en que mis resignantes me habían creado, poniéndome en la terrible disyuntiva de defenderlos, o negarme a ello, que era tanto como deshonrarme como abogado y amigo de aquellos procesados, cuya gravísima situación conocía yo, mejor que ellos.

Dispuse subir enseguida, al piso superior que yo ocupaba, en el que vivía Don Andrés López Suevos, con su familia, de la que formaba parte su hijo, del mismo nombre, Capitán de Artillería, destinado en el Regimiento de tal Arma, cuya Plana Mayor radicaba en la citada plaza ferrolana. Puesto al habla con mi distinguido amigo, el mencionado Capitán, le hice saber el delicado trance en que me hallaba, que me obligaba a ponerme al habla con mis defendidos, presos en el cuartel conocido como “El Baluarte”, por lo que le rogaba, que tuviese la bondad de preguntar a su primer Jefe, si podría hacerlo, contestándome que trataría de complacerme seguidamente. No había transcurrido una hora, cuando mi amable amigo entro en mi despacho, para decirme que ya había preguntado a su Coronel, lo que me interesaba saber, contestándole aquel que, efectivamente, era mi deber y mi derecho, entrevistar a mis defendidos, pero que por mi historia política, no podía garantizar mi seguridad personal, en “El Baluarte” dada la tensión existente, entre la Oficialidad de la Unidad que mandaba. Di muy sinceras gracias al Sr. Capitán López Suevos, anunciándole que ante lo que acababa de decirme, no me quedaba otro camino que el de ir a ver al Sr. Juez Don Amador Regalado, para conocer su opinión, acerca de la vidriosa situación en que me encontraba, cosa que hice sin perdida de tiempo. El Sr. Juez, me recibió muy pronto y después de escucharme, no sin mostrar muy disimulada extrañeza y preocupación, termino diciéndome que esperase un poco, a fin de que, en su compañía y la del Secretario del Juzgado militar, fuésemos a ver a mis defendidos. No olvidaré, mientras viva, nuestro paso por el cuarto de banderas, pletórico de Jefes y Oficiales de Artillería. Presentes, ante el Juzgado, los procesados, para algo que no recuerdo y aprovechando una rápida y muy arriesgada coyuntura, se me acerco Antonio Santamaría, para decirme, sigilosamente, que si en el Consejo de Guerra que había de juzgarles, recayesen penas de muerte, era necesario que él supiera enseguida, quienes eran los condenados a tan grave pena. No se me oculto la gravedad de lo que acababa de escuchar, ni el gravísimo compromiso que ello representaba para mi, ya que era fácil comprender, lo que latía en el fondo del encargo que se me había hecho.

Pasados breves días, se presento otra vez en mi despacho, el sargento que había estado anteriormente, quien me entregó el sumario, por el perentorio plazo de ocho horas, para que lo estudiase, quedando en volver a recogerlo, como lo hizo, transcurrido el mencionado plazo, que por ser tan corto, daba idea de cómo estaban e iban a desarrollarse las cosas, pues, ya se había señalado el día once de aquel mes de agosto, para la celebración del Consejo de Guerra de Oficiales Generales, pues, así debía haber sido, porque uno de los procesados, era Alcalde de El Ferrol. Faltaban, Pues, dos o tres días, para la vista de la causa. Leí el sumario. Tomé unas notas y con ellas redacté mi escrito de defensa, ciertamente breve y corto, fundamentando aquella, en la “obediencia debida”, para sostener que mi defendido, el Alcalde Antonio Santamaría, se había limitado, obedeciendo ordenes del Sr. Gobernador Civil, a encerrarse en el Palacio Municipal, con los Concejales, y escasas personas más, que quisieron acompañarle, permaneciendo, a puerta cerrada, como en protesta simbólica, contra la sublevación producida horas antes, hasta las ocho o nueve de la mañana del miércoles 22, hora en que al ver que los artilleros emplazaban un cañón de montaña, frente al Ayuntamiento, dispuestos a bombardearlo, se asomó, creo que el Alcalde, al balcón central del mismo, exhibiendo una bandera blanca, en señal de rendición. Desde el Palacio Municipal y por parte de los que en el se encerraron, no se había producido ningún hecho, ni acción violenta.

En la tarde víspera del Consejo de Guerra, me visitó un joven abogado ferrolano, entonces amigo mío (Al que por su conducta en la criminal represión, no quiero ni nombrar) para decirme que sabia que, al día siguiente, acudirían a presenciar el Consejo, casi todos los Jefes y Oficiales francos de servicio, interesados en saber como me desenvolvía, en la vista de la causa, que iba a ser juzgada, recomendándome la aconsejable prudencia, propia de aquella situación. Olvidaban todos, que fui siempre, como sigo siéndolo, un fervoroso y ardiente patriota, virtud escasísima entre españoles, según opinan muchos de nuestros grandes pensadores. El problema no era como yo me condujese, el terrible problema, eran las graves, gravísimas, circunstancias que atravesábamos y que íbamos a vivir por mucho tiempo. A la vista están las consecuencias de aquel monstruoso disparate, al que tengo la honra de ser completamente ajeno. Aquella misma noche –no había tiempo para más- logré que un buen mecanógrafo, que trabajaba en el Juzgado de Primera Instancia y al que llamábamos Manolito, acudiese a mi despacho, para escribir a maquina, el informe defensivo que debía leer al siguiente día, escrito del que lamento no tener copia. Pasaba ya de la media noche, cuando Manolito (ya fallecido y al que aun volví a ver en 1973) se vio obligado a permanecer, más de una hora, en mi casa, antes de irse a la suya, porque sonaban disparos por aquel barrio.

Llegada la mañana siguiente, era hora de “apurar el cáliz de la amargura”, al tener que desempeñar dramático deber, en el que me hallaba por causas personalísimas. Muy poco antes de las diez de la mañana, tome un taxi y por tanto toga, birrete y el escrito de defensa, me dirigí al Cuartel de Ingenieros (hoy demolido) y al apearme, a la puerta de acceso al mismo, se me acerco un Teniente de la Guardia Civil, indicándome que debía acompañarme, hasta la sala en que iba a tener lugar el Consejo de Guerra. Juntos subimos por la escalera, muy ocupada, como se me había anunciado, por Jefes y Oficiales militares, de uniforme, con sable y guantes color avellana. Llegados a la amplia sala, allí estaban ya los otros dos defensores, el Abogado Don Florentino González-Villamil Teijeiro y el Capitán de Artillería Don Constantino Lobo Montero (actualmente Teniente General). Los procesados eran diez, defendiendo yo cinco, cuatro González-Villamil y uno el Capitán Lobo Montero, que defendió a Don Federico Pérez Lago, Concejal republicano y padre de un Teniente de Artillería, también destinado a Ferrol. Minutos después de las diez, entraron los componentes del Consejo, que por figurar entre los que habían de ser juzgados, tenia que haber sido de Oficiales Generales, pero tan extraordinarias eran las circunstancias que prevalecían, que hubo que constituirlo con Capitanes, presididos por el Coronel de Ingenieros, Sr. Canovas, de guarnición en la Coruña.

Constituido el Tribunal, dio comienzo el Consejo de Guerra, leyendo el Juez lo procedente, dando lectura, seguidamente, el Fiscal, a su breve escrito de acusación, en el que pedía pena de muerte, para Antonio Santamaría, Fernando Carballo, Manuel Morgado y un Guardia Civil apellidado Rincón, así como treinta años de prisión, para los restantes procesados. A continuación leí mi escrito de defensa, concebido como ya dije. Me siguió mi compañero Don Florentino González-Villamil, Letrado de gran valía, que leyó un brillante informe, haciéndolo finalmente, el Capitán Sr. Lobo Montero, con notorio acierto. Inicio el periodo de rectificaciones el Fiscal, haciéndolo en forma que no podía sospecharse, después de haber escuchado su acusación. Ignoro si, premeditadamente, o temiendo que las defensas hubieran inclinado al Tribunal a la benevolencia (cosa nada probable), el caso fue que aquel Fiscal, llamado Hernán Martín Barbadillo, se torno una hiena, recurriendo a lo nunca visto, en busca de que los componentes del Tribunal, fallasen con arreglo a su grave y durísima petición. La frialdad y mesura con que leyó su informe acusatorio, se trocó en una actitud furiosa, al rectificar. No reparo en medios, llegando incluso al insulto, a la ofensa personal, a quienes ya sabía él, que les quedaban pocas horas de vida, como también lo creía yo. Resultaba monstruoso oírle decir, al Tribunal, “ahí tenéis al calderero Antonio Santamaría, Alcalde del Ferrol, con mil pesetas de sueldo mensual y automóvil oficial”. Cuando esto escuchábamos, oíamos también como una familiar del encausado Carballo, se desplomaba en el suelo de la sala. “Ahí tenéis a Manuel Morgado, deshonrando entre mujerzuelas y por lupanares, el ilustre apellido que inmerecida y desdichadamente lleva”. Otro ruido, como el anterior, volvimos a oír, producido por la esposa del Guardia Civil Rincón, al caer también en el piso, como si fuera un leño. Por si algo faltaba, hablo ante los miembros del Tribunal, de la “composición de lugar”, que equivaldría a decirles que, si ellos estuvieran sentados en el banquillo de los acusados y estos los sustituyesen, serian todos inexorablemente fusilados. Así corono aquel Fiscal, su monstruosa y siniestra acusación. ERA UNA CONCIENCIA ENCANALLADA. Mientras los defensores pasábamos por tan inicuo trance, mi compañero González-Villamil, hombre sereno, pero al que se le veía afectado, por aquella salvajada, me decía, repetidamente, prepárese para rectificar, a lo que hube de contestarle, que frente a la barbarie, no había rectificación posible. En nuestro turno para hacerlo, me puse en pie y dije: “Invoco el noble recuerdo y la inolvidable memoria, de quienes fueron mis Jefes y me mandaron en acciones de guerra, seguro que si estuviesen aquí y pudieran hacerlo, responderían de que lo que dije en defensa de mis patrocinados, es la verdad de mi sentir”. Rectificaron después de mi, el Sr. González-Villamil y el Capitán Lobo Montero, haciéndolo todo lo bien que pudieron hacerlo, en aquella inconcebible y dramática situación. El Presidente del Tribunal, pregunto a los encartados en tan grave causa, si tenían algo que alegar, poniéndose en pie Antonio Santamaría, quien apenas había abierto la boca, escucho como el Coronel Sr. Canovas, en tono enérgico, le dijo, en medio de nuestro asombro, “cállese y siéntese”. Así concluyo aquel durísimo y azarante Consejo de Guerra, en el que los defensores, cumplimos altísimos deberes, sin percibir honorarios de ninguna especie.

Desalojada la sala, salí acompañado de José Urrutia, amigo y correligionario de Santamaría, así como maestro del taller en que este trabajaba; y cuando doblamos la esquina del Cuartel, en dirección a mi domicilio, le dije: “Amigo Urrutia, nunca más volveré a ejercer la abogacía”. He cumplido mi palabra ¡Lastima que Urrutia ya no vive ¡ Sin pronunciar una palabra más, me acompañó hasta mi cercana casa. Los dos presentíamos el drama que íbamos a vivir. No nos vimos más.

Serian las tres y media de la tarde, de aquel día once de agosto, cuando sentí que llamaban, fuertemente, en la puerta del zaguán. Abrí la de mi piso y vi que ya subía el Capitán Sr. Lobo Montero, quien al verme se detuvo y me dijo que habían condenado a muerte, a mis defendidos Santamaría y Rincón, añadiéndome que seguía para casa de González-Villamil, al que le habían condenado también a la misma pena, a sus patrocinados Sres. Fernando Carballo y Manuel Morgado. Me hizo también saber que, entre cinco y seis de la tarde, debíamos estar en el Juzgado Militar, para ir con el Sr. Juez, a notificar, a los procesados, la sentencia recaída en el Consejo de Guerra. Vuelto a mi despacho, no me avergüenza confesar, que caí de bruces sobre mi escritorio, permaneciendo así, fuertemente impresionado, durante varios minutos.

Reunidos los tres defensores, con el Sr. Juez, Comandante Amador Regalado, nos dirigimos al “Baluarte”, para llevar a cabo la procedente notificación. Estaba yo bien ajeno a que tal diligencia, no asistirían los condenados a muerte, ignoro aun hoy, porque razones. Encontreme, pues, en el grave caso de tener que llamar, a un lado de la mesa, a mi defendido Francisco del Río, para decirle que en cuanto mismo volviese a la celda, en que estaban presos, le dijese a Santamaría quienes eran los condenados a la última pena. Me contesto que no lo haría, por lo que, empleando muy duras y enérgicas palabras le requerí, terminantemente, para que cumpliese mi encargo, de naturaleza reservadísima, como no debía ocultársele, Sospechando lo que mas tarde sucedió, no se me ocultaba lo comprometido de mi posición, si del Río y Santamaría no eran discretos y reservados, que el delicado caso requería.

Seguidamente, González-Villamil y yo, nos fuimos a su despacho, para redactar la apelación de la referida sentencia, como era nuestro deber, aunque no tuviésemos fe alguna en tal recurso. En su casa, nos esperaban ya, los familiares de los condenados a muerte. Quien no haya pasado por ello, ignora lo que representaba atenderles. González-Villamil, me dijo que lo hiciese yo, a lo que me negué, rogándole lo hiciese él, hombre menos impresionable. Regreso de la entrevista visiblemente conturbado y acordamos que, mientras el redactaba el recurso de apelación, acompañase yo a los citados familiares, a visitar a quienes, por su alta representación social, pudieran y quisieran interesarse, por el indulto de los condenados a la mas grave pena. La misión era ingrata, pero no podía negarme a todo. Visitamos al popular sacerdote Sr. Murado, quien estuvo atento, ofreciéndonos su ayuda. Lo hicimos después, al Capitán de Navío Sr. Permuy, que al reconocer a las hermanas de Morgado, estuvo incorrecto, mas bien cruel, con ellas. Nos dirigimos a continuación, a un convento situado en la plaza de Amboage, donde mientras esperábamos a ser recibidos por el Prior, entro, súbitamente, el Sargento que mandaba la guardia de aquel edificio, diciendo en voz alta, “que salga el defensor y los demás quedan todos detenidos”. Salí, no sin recelar si se trataba de alguna maniobra contra mi, dirigiéndome a casa de González-Villamil, que estaba cerca, dándole cuenta de lo que acababa de ocurrir, a lo que ninguno de los dos encontrábamos explicación. Me dijo que me habían llamado de mi casa y que habían quedado de volver a hacerlo, cosa que ocurrió enseguida: Me llamaban, nuevamente, para decirme que creían haber oído que dos soldados, hablaban, ( en la escalera del piso en que vivía el Capitán Don Andrés López Suevos) de que se habían fugado del “Baluarte” dos presos. Ya estaba todo claro, aunque faltaba saber quienes eran los fugados. Pronto se supo que eran mis defendidos Santamaría y Rincón. Considere prudente, en vista de lo sucedido, irme a mi domicilio, al que poco después llego, en un taxi, un escribiente de González-Villamil, para recoger mi firma en el recurso de apelación y entregarlo, urgentemente, al Juzgado Militar. No hace falta ser un lince, para notar la insinuante significación, de que los dos fugados, fuesen mis defendidos, sin olvidar lo que, imperativa y sigilosamente, le encargue a Francisco del Río, en el acto de notificar la sentencia.

Como sospechábamos, fuimos notificados, el día siguiente, al del Consejo de Guerra, de que la Autoridad Militar de la Octava División, desestimando nuestro recurso, había aprobado la sentencia dictada, el anterior, por el Consejo de Guerra, ordenando que, al siguiente día, fuesen fusilados, los condenados a muerte. A la mañana siguiente, encontré a mi Defensor (González-Villamil lo había sido, anteriormente en causa muy grave) y al preguntarle a donde iba, me contesto que venia de elegir dos sepulturas, para sus condenados a muerte, mostrándome una carta, que le había sido confiada, en cuyo sobre después del nombre y primer apellido, se Leia viuda de Carballo. Pocas veces se es portador de una carta como esa y pocas, muy pocas, se pasa por los tristes quehaceres que, en aquellas terribles horas, pasaba mi distinguido compañero, obligado aun y además, a sublimarlos, presenciando el fusilamiento, como era su deber. Por él sé que sus defendidos, dieron muestras de gran serenidad, declinando el ofrecimiento que, de unas copas de coñac, les hizo el Sr. Juez, a quien dijeron que no las aceptaban, porque no querían que nadie pensase que necesitaban tomarlas, para pasar por el trance en que se hallaban, al que hicieron frente gritando Don Manuel Morgado ¡Viva la Revolución Social! y Don Fernando Carballo ¡Viva la Republica!

Incomunicados los presos en “El Baluarte”, entre ellos mis cinco defendidos, introdujeron estos, en un pedazo de pan, un papelito que decía: “queremos que nos defienda, por eso le nombramos”, pedazo de pan que colocaron entre lo sobrante de la comida que, la única hija de mi buen amigo Adolfo Rodríguez, le llevaba todos los días a este y a la que, por señas, le indicaron que el trozo de pan contenía algo para mi, siendo ella misma, quien me lo entrego personalmente. Por eso, cuando se me requirió, oficialmente, para que dijese si aceptaba la defensa de los cinco encartados que, en la causa instruida por el Juez Don Amador Regalado, me habían designado para defenderlos, hice ver que nada sabía al respecto. Pero Antonio Santamaría, Adolfo Rodríguez, Francisco del Río, y Ventura Dios, eran mis leales amigos y correligionarios. Al Guardia Civil Rincón no le conocía, pero estime que hubiera sido pecado imperdonable, negarle mi patrocinio, en aquellas circunstancias, para él dificilísimas. Hice frente entonces, a una de las más comprometedoras y amargas situaciones de mi accidentada existencia. Como al salir del Consejo de Guerra, le dije a José Urrutia, puse entonces fin, a mi amada profesión de abogado, pero lo hice defendiendo a socialistas, tan republicanos como seguimos siéndolo, los que por nada, ni por nadie, serviríamos a un régimen monárquico.

Al ingreso de este relato dije que “salve dos vidas y renuncie a mi oficio”. Esas dos verdades nadie, con razón, puede negármelas, porque están avaladas por la fuga de mis dos defendidos, por mis destierros, por mis años de encarcelamiento, por mi fuga a pie, una noche a través de los Pirineos y por una expatriación de cuarenta y dos años, treinta y nueve de ellos en la hospitalaria tierra mexicana, en cuyas nobles entrañas descansan para siempre, tantísimas glorias españolas, que prefirieron morir aquí, a vivir en la ignominia de un régimen monárquico como el español. Todavía viven –y lo celebro- mis distinguidos amigos los Excmos. Sres. Generales Don Constantino Lobo Montero y Don Amador Regalado, que presenciaron mucho de lo que antes dejo dicho, Por lo demás, lo que antecede tiene carácter de inédito, ya que, con pormenores, solamente se lo réferi, a mi buen amigo y compañero el Lic. Don Francisco Varea Solar, una vez que nos conocimos, en el campo de concentración de Gurs (Francia) donde me escucho con atención, no exenta de asombro y de emoción, sinceramente agradecidas por mi.

No tarde en saber, de la intensidad dramática que se vivió en la celda de “El Baluarte”, al saberse que cuatro de los allí presos, estaban condenados a muerte. Reunidos estos, no hubo, entre todos ellos, duda, ni recelo alguno. Don Fernando Carballo y Don Manuel Morgado, dijeron que, como solo podían fugarse dos, ellos se quedaban. No había minuto que perder. Santamaría y Rincón, solicitaron pasar al baño ( no permitían ir mas que de dos en dos ). Llegados a este, se cerraron por dentro, anudaron las mantas con que se cubrían, las ataron a la ventana y se deslizo Rincón, joven y delgado, que salió corriendo. Santamaría , con mas años y corpulento, apenas inicio el descenso, se desanudo la manta, cayendo al suelo y lastimando un pie, de manera que le impedía caminar, por lo que apoyándose en los codos, cruzo el camino que llevaba a la estación del ferrocarril, ocultándose en un maizal cercano, en el que, avanzada la noche, tropezaron con él, dos trabajadores, de filiación anarquista, también huidos, quienes al reconocerle, tuvieron el generoso y valiente rasgo de llevarlo, penosamente hasta el barrio de Esteiro, donde estuvo escondido mucho tiempo, casi un año, hasta que logró huir a Francia, en una lancha que, con otros perseguidos, salió del puerto de Ares (Coruña). Tiempo después, llegó a Estados Unidos, donde falleció. De Rincón, no volvió a saberse, aunque si, hace muchos años, me dijeron que lo habían visto en una población castellana, que no debo nombrar, noticia que puse muy en duda.

Este relato fue escrito por el Abogado y Diputado en Cortes Republicanas Don Alfonso Quintana Y Pena, y dado a mi padre el 29 de Junio de 1981, el cual estuvo guardado entre sus objetos personales hasta su muerte en el 2002, y siguió oculto en un viejo portafolio que hace tan solo unas semanas encontré y que me puse a revisar, considerando que valía la pena sacarlo a la luz, puesto que quizás pudiese haber algunos familiares o historiadores que pudiera interesarles estos hechos, ya que se trata de personas importantes en aquellas fechas como lo fue el Alcalde de la ciudad del Ferrol. Además de rendir homenaje a todas aquellas personas que dieron la vida por sus convicciones y a quienes intentaron salvarlas aun a costa de su propia vida.

Rogelio Diz-Analista político

rdiz51@yahoo.com.mx

17 septiembre 2010

Definitivamente y para siempre en el otro lado

Filed under: Derechos humanos., Educando para la igualdad., Testimonios — Mª Ángeles Sierra Hoyos @ 12:32

Por Eva Reduello.

Hoy me he dado cuenta que tras vivir la experiencia de la diversidad en mi hija, me he pasado al otro lado.

Esta mañana, recibía como profesora de música  a un grupo de alumnos de 12 años del que no tenía ninguna información salvo sus nombres en una lista.

Mientras iba pasando lista para conocerlos, les preguntaba de qué colegio venían, y su edad.

De pronto una alumna a mi pregunta ¿De qué colegio vienes? me contestó con una extraña voz: No se.

Silencio sepulcral en el aula. ¿No sabes de qué colegio vienes? Pregunté, pensando que era una alumna desafiante que sólo deseaba llamar la atención. Pero todas mis luces se encendieron. Había algo en la mirada, en los gestos que me indicaban algo…

¿Cuál es tu fecha de nacimiento, en qué año naciste? No se.

Los alumnos cuchicheaban, y yo miraba a ver si alguno me explicaba qué pasaba. Pero me dijeron que no la conocían.

Por fin una compañera habló y dijo, seño… creo que es sorda. Ayer la acompañaba en la presentación una profe que le hablaba con signos.

Me quedé petrificada.

La miré fijamente, y pronunciando de forma muy marcada le pregunté si oía bien.

Con dificultad de pronunciación, entendí: IMPLANTE COCLEAR.

¿Lees los labios? SI, (se le iluminaron los ojos, por fin estábamos comprendiendo algo de lo que pasaba).

¿Usas signos? SI.

¿Dónde está la intérprete? Se encogió de hombros… ella no lo sabía.

Otros alumnos me dijeron que la intérprete  si estaba en el instituto, pero que estaba con otros alumnos. Luego me enteré que es un centro de matriculación preferente de la comarca para alumnos que precisan apoyo de intérprete de signos.

Supuse entonces lo que me temía, el intérprete NO PUEDE ESTAR TODO EL TIEMPO CON ELLA, SÓLO EN ALGUNAS HORAS AL DÍA, Y EL RESTO ESTÁ SOLA.

Y para más gravedad, se encuentra en una CLASE DE MÚSICA, en la que pueden estar 30 flautas tocando a la vez!!!!!

Le pregunté que si le gustaba la música, y le mostré algunos Cd’s y sonrió moviendo muy rápido la cabeza.

Creo que su comprensión es mucho mayor que su capacidad de hablar, por lo que con lenguaje de signos nos habría contado muchas cosas.

Con esfuerzo nos dijo el nombre del pueblo del que venía,a 25 km por autovía.

Le di la bienvenida con una enorme sonrisa, y le escribí la información resumida, ya que parecía que tenía buena lectoescritura.

Les expliqué a todos los alumnos que debían hablarle de frente, sin usar frases demasiado complicadas y apoyandose en gestos, pero que no le gritaran, sino que procuraran pronunciar bien ante ella. Y también les expliqué qué era un implante coclear.

Todo con una sonrisa. Pero por dentro me estaba pudiendo la indignación…

Qué angustia, qué impotencia, ¿por qué como docente no tengo derecho a saber antes de entrar en mi clase que me espera una alumna con una diversidad, para prepararme lo mejor posible para atender sus demandas? ¿Por qué esa chica tenía que estar sola, después de obligarla a recorrer 25 km para acudir a un instituto ordinario, y recibir la atenición de intérprete de signos,  y cuando llega resulta QUE NO HAY PRESENCIA DEL INTÉRPRETE!!!! ERA SU PRIMERA HORA EN ESE INSTITUTO, SU PRIMER DÍA, SU PRIMERA ENTRADA ANTE SUS NUEVOS COMPAÑEROS DE CLASE!!!!!!

¿Es que a nadie le importa? ¿Es tan difícil una coordinación previa? ¿Qué está pasando en nuestras escuelas?

Me siento indignada y he visto en su cara, el rostro de tantos y tantos, y he sentido la angustia de su familia pensando ¿cómo estará mi hija hoy en el instituto nuevo? ¿Tendrá los recursos que nos prometieron? ¿Habrán avisado a los docentes?

NUNCA VOLVERÉ A SER LA MISMA. NUNCA FUI INDIFERENTE A SITUACIONES COMO ESTA, PERO ES QUE ADEMÁS AHORA CONOZCO AL DEDILLO LOS DERECHOS DE ESTOS ALUMNOS Y SUS PADRES.

ME DECLARO INSURRECTA.

POR MI HIJA Y POR TODOS LOS DEMÁS.

DERECHOS HUMANOS YA!!!!

16 agosto 2010

Es tan sencillo vulnerar los derechos de sus hijos como hacerles sentirse y sentenciarles como “padres problema”

Filed under: Denuncia pública, Testimonios — Mª Ángeles Sierra Hoyos @ 10:50

MALTRATO INSTITUCIONAL.

por Ana M. Díaz Pérez el El Domingo, 15 de agosto de 2010 a las 13:32

(Podeis compartirlo en vuestros muros si queréis)

"Maltrato institucional: entendido éste como cualquier acto deliberado, negligente o de omisión de los poderes públicos u organismos que prive al niño de sus derechos y de su bienestar o que interfiera en su desarrollo físico, psíquico y social" Vega Fuente, A. (2003). La comunidad como medio educativo. En Gento Palacios, S. (coord). Educación Especial I. (pp.459). Madrid.

http://www.lasonrisadearturo.com/2010/08/mas.html

Al hilo de que está sucediendo en Galicia con una familia, voy a publicar la carta que le enviamos a la fiscal del menor de Córdoba en mayo de 2007, por si alguien tiene la santa paciencia de leerla. Un claro ejemplo de maltrato institucional.

Afortunadamente la fiscal rectificó y pudimos ganar en juicio lo que entendíamos nos correspondía por derecho. No obstante Educación siguió atacando hasta el final, recurrieron y recurrieron hasta llegar al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, donde también ganamos. No perdimos la paciencia ni las ganas de pelear. No nos aburrieron. Educación, entre sus argumentos contra la familia, llegó a afirmar por escrito que era nuestra actitud negativa y no ellos la que perjudicaba al niño.

Los números que aparecen en medio del texto son las referencias del final. No he sabido ponerlos como subíndices tal como aparecen en el documento original.

Intervención Familiar Integral ante el Autismo

Autora: Ana María Díaz Pérez

Introducción

Este documento, tiene como objetivo dejar por escrito y de forma clara, todas las actuaciones que mi familia ha llevado a cabo desde que mi hijo menor recibió la etiqueta diagnóstica de Autismo.

El desencadenante para confeccionar este documento es el siguiente: a primeros de mayo de 2006, la Delegación Provincial de Educación en Córdoba, prohibió que mi hijo recibiera, en el medio natural de la Escuela, el tratamiento prescrito por sus médicos, como se venía haciendo, con total normalidad, desde el curso 03/04.

El fin último de este documento es conseguir que se restablezcan las condiciones ideales para el tratamiento de la enfermedad de mi hijo y que la Administración de Educación, acepte la propuesta de mejora que desde el seno de mi familia hago.

Consideraciones Preliminares:

a)  Libre elección de la Escuela Pública

Como garantes del derecho a la Educación de nuestros hijos, mi marido y yo decidimos, de manera responsable, que la mejor elección era la escuela pública frente al modelo de educación privada o a la libre enseñanza.

Entendemos la educación como una responsabilidad, obligación y derecho de los padres. La escuela es el lugar donde los niños aprenden y adquieren habilidades para relacionarse con sus iguales y con adultos que no son de su familia y adquieren conocimientos académicos. Nuestro objetivo es dar a nuestros hijos una formación integral y sólida, para que en el futuro sean ciudadanos plenos en sus derechos y obligaciones.

Mi experiencia me dice que el Sistema Educativo presenta un nivel aceptable, en el caso de chicos sin dificultades, como es el caso de mi hija mayor. Sin embargo cuando un niño presenta una dificultad para aprender, el Sistema Educativo es claramente susceptible de mejora.

La escuela pública presenta una serie de ventajas que sería largo de detallar y no es mi objetivo. Sólo remarcar que esa elección, es una decisión adoptada de forma libre y responsable.

b) Etiqueta formal / Etiqueta funcional

La etiqueta formal que tiene mi hijo es la de Autismo; y la funcional sería Grave Dificultad del Aprendizaje.

Mi hijo recibió la etiqueta diagnóstica de autismo a la edad de 3 años. Pronto y de forma dramática, aprendí que este diagnóstico, lejos de acercar soluciones, repercutía negativamente en mi bebé, como demuestran muchos estudios científicos1, 2.

Reconozco que el uso del término autismo, me produce una reacción emocional desagradable. Me hubiese gustado titular este escrito "Intervención Familiar Integral de las Graves Dificultades de Aprendizaje". Sé que es un encabezamiento más complejo y difícil de entender, pero a la larga es muchísimo más terapéutico; evita prejuicios y actuaciones iatrogénicas. Pero también da lugar a interpretaciones sesgadas, interesadas y tendenciosas.

Defiendo que las intervenciones enfocadas a mejorar la calidad de vida de mi hijo, para que sean eficientes, deben de hacerse en base a la etiqueta de Graves Dificultades de Aprendizaje. Sin embargo, no olvido que el proceso que provoca esa grave dificultad para aprender, es el autismo. Es decir, mi hijo tiene un problema de salud, tal como viene compilado y definido en las taxonomías diagnósticas, actualmente aceptadas (CIE-10 y DSM-IV).

El uso de una u otra etiqueta, no debe en ningún caso servir de excusa a la Administración Pública, para no prestar o facilitar un servicio. No sería admisible que el Sistema Público de Salud, eludiera la atención al autismo, argumentando que es un síndrome, no una enfermedad, y que no existe tratamiento etiológico o curativo, no asumiendo entre sus competencias, la prevención terciaria (evitar secuelas) que supone una intervención conductual intensiva, como tratamiento de elección de las dificultades de aprendizaje que conlleva el autismo.

Del mismo modo, es inadmisible que la Administración de Educación, obstruya e impida que un niño reciba su tratamiento en el medio natural de la escuela. Más aún cuando se ha estado haciendo durante tres cursos con la total satisfacción de todos los implicados.

En todo este escrito, usaré una u otra etiqueta de forma indistinta, dependiendo del contexto. Sin olvidar que la atención que requiere mi hijo debe ser integral y global, independientemente las divisiones arbitrarias que se hagan para entender o abordar mejor el problema.

c) Principios rectores de la Integración

Siguiendo los Derechos del Niño, proclamados por Naciones Unidas, el principio rector de la educación de mi hijo es "el interés superior del niño".

Declaración de los Derechos del Niño: Proclamada por la Asamblea General en su resolución 1386 (XIV), de 20 de noviembre de 1959. Principio 7

El niño tiene derecho a recibir educación, que será gratuita y obligatoria por lo menos en las etapas elementales. Se le dará una educación que favorezca su cultura general y le permita, en condiciones de igualdad de oportunidades, desarrollar sus aptitudes y su juicio individual, su sentido de responsabilidad moral y social, y llegar a ser un miembro útil de la sociedad.

El interés superior del niño debe ser el principio rector de quienes tienen la responsabilidad de su educación y orientación; dicha responsabilidad incumbe, en primer término, a sus padres.

El niño debe disfrutar plenamente de juegos y recreaciones, los cuales deben estar orientados hacia los fines perseguidos por la educación; la sociedad y las autoridades públicas se esforzarán por promover el goce de este derecho.3

He optado por transcribir literalmente, el principio 7 de los Derechos del Niño, porque avala y define de forma muy precisa, mi forma de actuar y decidir.

Creo que lo más importante, en mi caso, es conseguir que las autoridades públicas promuevan el goce de este derecho para mi hijo, facilitando que tenga igualdad de oportunidades en su educación.

Siguiendo este principio, elijo para mi hijo el modelo de integración, que definen González, Williams y Pérez-González (2003)4 "la integración de que hablamos es totalmente diferente de la idea de la integración en donde se coloca a los niños con discapacidades en aulas de niños de desarrollo normal con un currículum separado y con profesores de apoyo. Aquí nos referimos a la inclusión del niño en clase sin que necesite más ayuda que la que reciben el resto de compañeros".

Como indica la Declaración de Salamanca sobre "Necesidades Educativas Especiales: Acceso y Calidad" en su Marco de acción (UNESCO, 1994)5: "En las escuelas integradoras los niños con Necesidades Educativas Especiales deben recibir el apoyo adicional necesario para garantizar una educación eficaz." Lejos de ser ésta una definición utópica, este modelo de integración ha sido una realidad para mi hijo. Durante tres cursos ha dispuesto de los apoyos adicionales necesarios que el Sistema de Salud le prescribe. Las ayudas se han ido desvaneciendo (que no retirando) de forma gradual y satisfactoria. Desgraciadamente este proceso está aún por completar y las ayudas se han visto interrumpidas de forma abrupta.

Intervención Familiar Integral:

1. Diagnóstico

El 1 de diciembre de 2000, a la edad de tres años y dos meses, mi hijo menor, recibió el diagnóstico de: Trastorno Generalizado del Desarrollo, Tipo Trastorno Autista (299.00), según los criterios del DSM-IV.

Fue una noticia trágica, que cambió drásticamente las expectativas y proyectos de futuro de mi familia. Desde ese primer momento, todos hemos luchado por conseguir un nivel de calidad de vida normal.

Haciendo un breve balance, creo que el objetivo está más que alcanzado, a pesar de los innumerables obstáculos que mi familia y yo hemos tenido que superar. Según un estudio del CERI (Centre for Educational Research and Innovation) (1998)6 "La tendencia hacia la integración escolar y la inclusión social tropiezan con algunas dificultades, tales como: los marcos legislativos, las actitudes tradicionales, la formación del profesorado, los sistemas segregados y las descripciones categóricas"

Sin ánimo de hacer una crítica devastadora, la realidad muestra que la atención a las personas con diagnóstico de autismo es aún, en Andalucía, muy poco eficiente, por no decir casi nula. Comenzando por el diagnóstico, que no suele ser precoz y evidencia una clara demora, imputable al Sistema Sanitario.

Un estudio del Instituto de Salud Carlos III, determina que en el mejor de los casos la demora en el diagnóstico supera el año y medio (19 meses)7. Este no es el dato más desesperanzador. La atención temprana que debería seguir a un diagnóstico precoz, es prácticamente inexistente. La Consejería de Salud, no publicó hasta el año 2006, el Proceso Asistencial Integrado sobre Atención Temprana8.

2.  Toma de decisiones

A finales del año 2000, la falta de una red institucional de diagnóstico, apoyo y tratamiento, generó en mi marido y en mí una situación de desconcierto y vulnerabilidad extrema. La información sobre autismo que nos llegaba era ingente y contradictoria. Esta desorientación, unida al golpe inicial del diagnóstico, nos hizo caer en tratamientos poco contrastados y en potencia peligrosos (durante 7 meses, mi hijo siguió una dieta estricta sin gluten ni caseína, de febrero a octubre de 2001).

Tras pedir una segunda opinión y completar las pruebas diagnósticas pertinentes, continuábamos sin saber exactamente qué hacer.

Una de las primeras decisiones que adoptamos, fue escolarizar al niño en la misma escuela pública en la que estaba matriculada su hermana mayor. El 7 de mayo de 2001, mi hijo recibe su primer dictamen de escolarización (modalidad B). Durante el curso 01/02, acude al colegio en horario completo (9h a 14h), excepto una hora y media semanal, que acude a terapia cognitivo-conductual individualizada, por la mañana, al gabinete psicológico donde recibió el primer diagnóstico. Además recibe 3 horas más de terapia conductual individualizada, en horario de tarde, en la Asociación Provincial de Padres de Autistas.

Resultó un curso bastante estresado, con tanto traer y llevar al niño de un sitio a otro. Pero lo más angustioso, fue la respuesta del colegio. Desde el dictamen de escolarización, teníamos unas expectativas bastante esperanzadoras respecto a la integración escolar. El psicólogo del EOE de zona, fue muy acertado y continúa siéndolo.

Por desgracia, la respuesta del colegio, no estuvo a la altura, aunque en teoría contaba con todos los recursos necesarios (maestra de audición y lenguaje y maestra de pedagogía terapéutica). Sólo faltaba un monitor para atender a los chicos (como era el caso del mío), que aún no controlaban esfínteres. Esto nos costó a mi marido y a mí unos cuantos paseos al colegio a limpiar calzoncillos sucios. La verdad, no fue una experiencia muy agradable. Recuerdo sobre todo la angustia en el trabajo, pensando si me llamarían o no del colegio para cambiar al niño. Y sobre todo que el niño prácticamente no aprendió nada durante todo el curso.

La experiencia de integración, no fue todo lo positiva que en teoría se suponía. Prefiero no dar mi opinión, porque sé que no voy a ser imparcial. Sólo voy a relatar unas cuantas de las respuestas, que me ofrecieron las profesionales que atendieron a mi hijo aquel curso.

La primera no se hizo esperar, el primer día de clase, para mi sorpresa, nadie tenía previsto un plan de acogida y adaptación para mi hijo (además de la etiqueta de autismo, tenía sólo 4 años), aun cuando estaban avisados desde el mes de abril anterior de la incorporación de un niño con trastornos al aula. Lo dejé llorando y por la fuerza en manos de su tutora. Al recogerlo, 5 horas después, continuaba con la más tremenda rabieta, que ha tenido nunca jamás. La respuesta de la tutora fue devastadora. Textualmente me dijo "en mis 30 años de experiencia hoy ha sido mi peor día de trabajo, con ésto hay que hacer algo".

La segunda frase que tampoco olvidaré, nos la dio pocos días después la maestra de audición y lenguaje. Le pedí una entrevista para ver que podíamos hacer y me respondió de forma atropellada "no puedo pararme, tengo muchísimo trabajo y hasta que previamente no le haga una anamnesis al niño, no voy a hablar con vosotros". Una anamnesis es una recopilación de información previa a un diagnóstico. No imagino qué información fiable puede aportar un niño de cuatro años con diagnóstico de autismo.

Podría continuar, pero abreviaré contando la última, que para mí, resume lo que fue aquel curso. En la reunión de fin de curso, a la que acudimos la tutora, la maestra de audición y lenguaje, la profesora de pedagogía terapéutica, mi marido y yo. La tutora resumió la cuestión de forma categórica "el niño está perfectamente integrado, entra con sus compañeros en fila, se sienta a mi lado durante la asamblea y durante el resto del tiempo, se va al rincón de los juguetes y no molesta".

Los tres sucesos expuestos anteriormente, evidencian la distancia que hay entre lo que debería ser y lo que muchas veces acaba siendo la integración. Es decir la diferencia entre una integración ajustada a un enfoque de calidad, acompañada de un contexto propiciador de la misma y con todos los apoyos personales y funcionales que sean necesarios y lo que normalmente es: la simple inmersión en su grupo de referencia.

Pronto nos dimos cuenta que era imprescindible hacer algo. Necesitaba una herramienta eficaz para hacer una toma de decisiones correcta. Esa herramienta, fue, y continúa siendo, la evidencia científica.

3.  Tratamiento de Elección

Tardé tiempo en reunir las suficientes evidencias para saber cuál era el tratamiento de elección para mi hijo. Y más tiempo aún en conseguir las condiciones técnicamente ideales de intervención. Estas seis condiciones las definen con mucha claridad, González, Williams y Pérez-González (2003)4 y son las siguientes:

  • Edad de comienzo de la intervención. Existen evidencias de que el tratamiento debe comenzarse antes de los 4 años.
  • Intensidad de la instrucción. Diversos estudios indican que el número de horas de intervención semanal puede ser determinante para la efectividad de la intervención.
  • Duración del programa. Algunos investigadores han demostrado que los niños que habían obtenido avances en un año, siguieron progresando al mismo ritmo dos años más tarde, consiguiendo la integración en el 43% de ellos.
  • Tratamiento conductual. Los resultados de algunas investigaciones indican que el tratamiento intensivo debe ser conductual, y que las modalidades de tratamiento igualmente intensivo, pero no conductual, no son eficaces.
  • Calidad del entrenamiento de los instructores y calidad de la instrucción.
  • Colaboración de los padres. Los mejores resultados en mantenimiento y generalización se obtuvieron cuando los padres colaboraron con la intervención. También está demostrado que los padres pudieron aprender las técnicas conductuales y que con buena supervisión fueron efectivos.

Otros estudios avalan estas conclusiones. Entre ellos, la "Guía de atención a la infancia con problemas crónicos de salud" 9. El más significativo en mi opinión, es el realizado por el Grupo de Estudio de los TEA del Instituto de Salud Carlos III, sobre Buenas Prácticas en el Tratamiento de los TEA10. Es, a mi juicio, un estudio con muchos sesgos, poco imparcial y digno de una dura crítica; pero por esto mismo sus conclusiones, aunque ambiguas, tienen más valor. Me gustaría resaltar que entre una y otra publicación, existen casi tres años de diferencia. Este pequeño detalle puede ser muy significativo.

El 17 de octubre de 2002, mi hijo comienza su tratamiento conductual intensivo, en condiciones técnicas casi ideales. Tiene 5 años y un mes y hace 22 meses que recibió la etiqueta diagnóstica de autismo.

Hasta este momento, el niño ha sido valorado anualmente por el equipo multidisciplinar de ATAM (Asociación del Grupo Telefónica para la Atención a personas con discapacidad). Desde el principio, todos los componentes de este equipo multidisciplinar (neurólogo, psicólogo y psiquiatra), me aconsejan buscar las 6 condiciones ideales de tratamiento. Las revisiones anuales en ATAM, son una supervisión externa al equipo que trabaja con mi hijo, para mí de mucho valor. Recibo además, de esta institución una subvención económica al tratamiento.

En el año 2003, se crea en el Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba, la Unidad de Neuropediatría. Mi hijo es valorado en diciembre de ese año por el Dr. Camino León (Coordinador de la Unidad de Neuropediatría), que evidencia la evolución favorable, e indica de manera explícita, la continuidad del tratamiento conductual intensivo en el Centro Al-Mudarïs de Córdoba11.

En marzo de 2004, mi hijo es valorado en la Unidad de Investigación de Trastornos del Espectro Autista, de la USMI del Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla; hasta ese momento, única Unidad Específica en Andalucía. La valoración, también evidencia la evolución favorable e indica la necesidad de continuar la terapia conductual intensiva en el Centro Al-Mudarïs de Córdoba.

4. Experiencia durante 3 cursos

Abril de 2003.Es necesario buscar colegio donde el niño curse la Educación Infantil que nunca hizo. En el colegio anterior no me permitían que el niño repitiera curso, por tanto busco otro colegio. En el CEIP Concepción Arenal de Córdoba, encuentro profesionales interesados en aprender a llevar a cabo la terapia conductual intensiva. Ante mi propuesta de que la terapeuta conductual acompañe al niño en el aula, la maestra de audición y lenguaje y la maestra de pedagogía terapéutica no sólo aceptan, sino que solicitan que los profesionales de Al-Mudarïs acudan al centro a atender al niño y a formarlos a ellos.

Curso 03/04. Comienza el curso escolar en CEIP Concepción Arenal de Córdoba, en Educación Infantil de 5 años. Escolarización combinada, con reducción de horario y acompañamiento de terapeuta conductual. Mi hijo ya ha adquirido, en el año que lleva de tratamiento, los requisitos necesarios para iniciar una integración escolar funcional. Este primer curso, acude al centro escolar, 4 horas y media a la semana, al aula ordinaria, con apoyo de los profesionales de la escuela (tutora, maestra de audición y lenguaje y maestra de pedagogía terapéutica) y de un terapeuta de Al-Mudarïs. Completa su tratamiento en Al-Mudarïs con 16 horas semanales de atención individualizada, 2 horas semanales de juego con iguales y 8 horas de trabajo con los padres. En total 30 horas semanales de tratamiento. Los resultados son óptimos.

Curso 04/05.  Después de la satisfactoria experiencia del año anterior, mi hijo continúa escolarizado en el CEIP Concepción Arenal de Córdoba. Se duplica la permanencia en el aula ordinaria hasta 8 horas semanales, rebajándose las horas de intervención individualizada. Continúan en Al-Mudarïs los programas de juegos con iguales y padres como maestros, hasta completar las 30 horas semanales. Finaliza el curso, leyendo con fluidez, y escribiendo de forma inteligible, por lo que promociona curso, habiendo superando los conocimientos requeridos para un chico de desarrollo típico. En palabras de su tutora, "lee mejor que la media de la clase". En comparación con los comentarios de la tutora de su primer año de colegio, creo que los resultados son más que satisfactorios.

Curso 05/06. Segundo de primaria en el CEIP Concepción Arenal de Córdoba, con el mismo grupo clase y la misma tutora. Permanece en el colegio el horario escolar completo (25 horas semanales), van siendo desvanecidas algunas de las ayudas que le presta la terapeuta de Al-Mudarïs. Se crea la figura de aula de transición, en el contexto del colegio, para reforzar los aprendizajes del aula ordinaria. Continúa con 7 horas y media de tratamiento individualizado en horario de tardes. La relación con iguales, se trabaja en el colegio durante los recreos y el programa de trabajo como padres, pasa a la fase de enseñanza incidental. La Delegación Provincial de Educación en Córdoba es informada de esta situación. No recibimos respuesta. Se crea en el colegio un Grupo de Trabajo sobre Aprendizaje, supervisado por el coordinador de Educación Especial del Centro del Profesorado "Luisa Revuelta", formado este grupo por todos los implicados en la educación del niño.

La experiencia es tan satisfactoria e innovadora, que somos invitados por el Centro del Profesorado "Luisa Revuelta" de Córdoba, para participar en unas Jornadas de Educación Especial. Por razones que aún desconozco, la Directora del CEIP Concepción Arenal, aborta con sólo unas horas de antelación, la presentación que harían de forma conjunta los profesionales del colegio con los del centro Al-Mudarïs. Esta comunicación se titulaba, "Programas de transición a la escuela ordinaria para alumnos con graves dificultades de aprendizaje"; aún sigo sin saber que sucedió para que la Directora adoptara esta decisión. Sí sé que fue el comienzo de esta situación absurda, en la que mi hijo está siendo seriamente perjudicado en sus derechos fundamentales a la Salud y la Educación.

Yo sí hice mi presentación: "Oportunidades de las familias de personas con discapacidad intelectual en la sociedad del conocimiento". No imaginaba yo ese día (10 mayo 2006), la respuesta que me iba a dar el Sistema Educativo Público, por compartir mi experiencia.

5. Negociación con la Administración para autorización y financiación del tratamiento.

Paralelo al trabajo que realizaba con mi hijo, y cuando mi vida familiar estuvo normalizada y plena; inicié un procedimiento ante la Administración, solicitando la Autorización y Financiación del Tratamiento Conductual Intensivo que recibe mi hijo.

El tratamiento que recibe mi hijo está prescrito y supervisado por los facultativos del Sistema de Salud Público Andaluz (SSPA), colaborando en él los profesionales del Sistema Educativo Público, desde la tutora hasta el psicólogo del EOE12. Por la novedad que supone este tratamiento en Andalucía, no está contemplado en la cartera de servicios del SSPA, ni de la Consejería de Educación. Mi marido y yo, como ciudadanos de plenos derechos y que pagan sus impuestos, entendemos que tenemos derecho a la Autorización y Financiación del tratamiento por parte de la Administración Pública.

El 20 de abril de 2005, presentamos nuestra solicitud ante el Instituto Nacional de la Seguridad Social, fundamentando nuestra petición en los artículos del Capitulo III de la Constitución (principios rectores de la política social y económica), especialmente, los artículos, 39, 41, 43 y 49.

Después de varias derivaciones de un organismo a otro y de sufrir las consecuencias de la burocracia, el 24 de febrero de 2006 (10 meses después de iniciar el expediente) mantenemos una entrevista con el Subdirector de Programas y Desarrollo del Servicio Andaluz de Salud. La respuesta que obtengo es esperanzadora, pero no resolutiva. En dicha reunión, nos informan a mi marido y a mí, de cómo van los trabajos para crear un Plan de actuación en Atención Temprana. Ven muy interesante nuestra propuesta de mejora, pero nos indican que en la distribución de competencias que han hecho para dar una mejor respuesta a un problema como el de mi hijo, a partir de los 6 años, las actuaciones recaen en la Consejería de Educación (mi hijo tiene 8 años, pero lleva en tratamiento desde los 5).

Se comprometen con nosotros a contactar directamente con los responsables de la Consejería de Educación13. La única respuesta que hemos obtenido, ha sido a través del mismo subdirector del SAS, y fue que "no tramitan casos particulares en esos servicios centrales [Consejería de Educación]"14.

Quiero hacer un inciso, aunque a mi hijo el SAS le denegó la solicitud de financiación de su tratamiento por razón de edad; ya hay otros niños, menores de 6 años, a los que el propio SAS les paga el tratamiento conductual intensivo en el Centro Al-Mudarïs de Córdoba.

6. Posible represalia de la Consejería de Educación.

Procedo a solicitar la autorización y financiación del tratamiento en la Delegación de Educación de Córdoba, aun a sabiendas que me lo iban a negar. Necesitaba dar ese paso para acreditar que Educación me lo negaba e iniciar un procedimiento de reclamación en el Juzgado pertinente. Mi marido y yo pagamos nuestros impuestos al Estado y me da igual que "parcela" del Estado Español solucione mi reclamación.

Curiosamente, la recepción en la Consejería de Educación, de mi petición de financiación, coincide en el tiempo, con la prohibición de que mi hijo reciba su tratamiento en el medio escolar.

Nadie nos informa previamente de nada. No sólo no me contestan a mi petición de autorización y financiación, sino que prohíben, a mis espaldas, que el niño reciba el tratamiento en el colegio. Se podría concluir, que la postura de la Administración es clara, impedir que el tratamiento se lleve a cabo para no tener que pagarlo.

Reenvío el total del expediente directamente a la Consejera de Educación el 6 de junio. A finales de septiembre, recibo respuesta por escrito15. Respuesta que a mi entender no puede ser más ambigua e impertinente y menos centrada en el ciudadano.

Indican que se va a "ratificar la modalidad de escolarización autorizada para su hijo en el curso 2006/2007". No sé lo que quieren decir con "ratificar". ¿Ratifican que continúe la modalidad de escolarización de los últimos tres cursos o la nueva?

También me informan de la convocatoria de ayudas del Ministerio de Educación y Ciencia (Orden ECI/1568/2006, de 8 de mayo). Parece una mofa que me remitan el 29 de septiembre a una convocatoria de ayudas, que yo ya conocía, cuyo plazo de presentación expiró el 23 de junio. En esta Orden, el mismo Ministerio de Educación, reconoce que la atención del Sistema Educativo a los alumnos con necesidades especiales no es completa.

Y lo que ya me parece de un mal gusto incalificable, es que la respuesta la firma la Directora General de Participación y Solidaridad en la Educación. ¿Participación de quién?, ¿solidaridad con quién?

El hecho de que durante tres años el tratamiento se haya llevado a cabo con el conocimiento de la Administración y sin ninguna cortapisa por su parte, me lleva a pensar que la prohibición es una represalia. Mientras mi hijo no ha molestado a la Administración, la Administración no lo ha molestado a él. En cuanto sus padres han pedido algo que en derecho piensan que les corresponde, la Administración, en lugar de dar una respuesta negativa, decide castigarlo sin tratamiento. Es decir: "no te lo pago, simplemente porque te voy a impedir hacerlo".

7. Actuaciones para recuperar las condiciones ideales de tratamiento

Esta respuesta injustificada, sorpresiva y lesiva para mi hijo, de la Administración de Educación, supone un duro golpe en la vida de mi familia y, sobre todo, en las expectativas de futuro de mi hijo. Tira por alto nuestro trabajo duro y continuado de años y anula las posibilidades que el niño tiene para normalizarse y evitar secuelas.

Cuando logro salir de mi estupor, comienzo a luchar para conseguir recuperar las condiciones ideales de tratamiento para mi hijo. Me dirijo en primer lugar a la Delegación Provincial de Educación, posteriormente al Defensor del Pueblo Andaluz y al Asesor del Ciudadano de la Diputación de Córdoba y en último término al Juzgado Decano de Córdoba.

Delegación Provincial de Educación.

Al finalizar el curso 05/06, solicitamos una entrevista con la Delegada Provincial de Educación en Córdoba. Esta, sin recibirnos, nos deriva al Jefe del Servicio de Ordenación Educativa. Nos entrevistamos con él el día 27 de julio. Explícitamente y por escrito le pedíamos que nos diese una explicación lógica a la prohibición de que mi hijo recibiese su tratamiento en la escuela. No sólo no nos respondió, sino que nos acusó de hacer algo ilegal. La entrevista fue muy desagradable. Mi marido y yo nos sentimos ninguneados y tratados como padres problema, no como ciudadanos. Le solicitamos que nos informara sobre qué ley especificaba la ilegalidad de lo que hacíamos y, sorprendentemente, no sabía en qué ley se prohibía eso. Y aún sigo sin saber qué ley es esa.

El 30 de agosto, nos responde por escrito16, indicando que el colegio va a contar para el curso 06/07 de un recurso de nueva creación. La respuesta fue poco pertinente y vaga "…entendemos que la respuesta educativa… puede ser satisfecha con los recursos que cuenta el Centro." De manera implícita reconoce que la respuesta del Sistema Educativo para las necesidades de mi hijo, no ha sido la adecuada. Sino ¿por qué cuando pedimos autorización y financiación, crean un nuevo recurso, y no lo hicieron cuando mi hijo entró en el Sistema Educativo en el año 2001?

Se trata de un aula específica de autismo. Sin embargo, en el dictamen de escolarización del niño figura que debe ser atendido en régimen de integración con los apoyos pertinentes, no en aula específica. Además, ese nuevo recurso, quizás pudiera atender en cantidad (número de horas de atención individualizada) a mi hijo, pero ¿con qué metodología? El tratamiento conductual intensivo, es algo mucho más complejo que ponerle a mi hijo una maestra para él solo. La realidad es que el Sistema (ni Salud, ni Educación, ni Igualdad y Bienestar Social), no presta un tratamiento Integral, Conductual e Intensivo a las personas con Autismo.

No satisfechos con esta respuesta, solicitamos una nueva entrevista con la Delegada Provincial. Mi marido y yo nos reunimos con ella el 21 de septiembre de 2006. Al contrario de la entrevista con el Jefe de Ordenación Educativa, nos sentimos escuchados y percibimos el interés de la Delegada por la propuesta de mejora que presentamos. Según ella "daba gusto hablar con nosotros" y "estábamos haciendo lo mejor para nuestro hijo", pero…es imposible.

Nos confiesa que la prohibición surge en respuesta a una denuncia, que alguien había hecho con mala fe, negándose a decirnos quién había sido ni en qué consistía tal denuncia. Lo importante fue que nos prometió darle cobertura legal a lo que estábamos haciendo. Aún sigo sin entender donde está la ilegalidad del tratamiento de mi hijo, no está regulado como tal, porque sencillamente no es un servicio que preste la Administración; lo que sí me parece delito es obstaculizar que un menor con discapacidad disfrute de todas las ayudas posibles e indicadas por las evidencias científicas.

Nos apremió a presentar un Proyecto de Innovación Educativa, para el curso 07/08, conforme a la orden de 15 de mayo de 2006 (BOJA 107 de 6 de junio de 2006). Mientras ella, la Delegada, hablaría con sus inspectores para "hacer la vista gorda" durante este curso. Esto fue un jueves y nos prometió que para el lunes siguiente todo estaría solucionado. Por desgracia tardé muy poco en darme cuenta de que todas sus promesas habían sido vanas, por no decir que nos mintió de manera ominosa.

Siguiendo indicaciones de la Delegada, nos reunimos el día 26 de septiembre, con Julia López, Coordinadora Provincial de Necesidades Educativas Especiales. La atención que nos brindó fue exquisita. Como psicopedagoga, se mostró fascinada por lo que habíamos conseguido con nuestro hijo. Como funcionaria, no pudo solucionar el problema, ya que en el Decreto de Innovación Educativa no entra ni con calzador nuestra propuesta. Además ese Proyecto de Innovación Educativa debía hacerse en el colegio, ni mucho menos podía ser hecho por los padres. Viendo la parte positiva, al menos nos satisfizo, encontrar que un técnico cualificado del Sistema Educativo, viera razonable y pertinente nuestro modo de atender a nuestro hijo.

A indicación de Julia López, solicitamos hablar con el inspector de zona, D. José Luis Millán. Nos entrevistamos con él el 27 de septiembre. Este inspector, según palabras de la Directora del colegio, fue quien dio la orden de impedir que mi hijo continuara recibiendo su tratamiento en la escuela. Nuevamente mi marido y yo nos sentimos ninguneados y tratados como padres problema. De forma poco elegante "echó pelotas fuera" y dijo que, como mi hijo era alumno con necesidades educativas especiales, era competencia de D. Francisco Cuadrado, Inspector de Necesidades Educativas Especiales. Pese a esta respuesta y ante la avalancha de razones que le presentamos, acabó por decirnos "si de mí dependiera lo firmaría ahora mismo". Mi estupor era cada vez mayor: él pudo prohibirlo, sin embargo no podía autorizarlo.

La entrevista con D. Francisco Cuadrado, no fue posible. Cuando nos dirigimos a él para solicitarle cita, nos respondió con malos modales y en el pasillo, que no tenía nada que hablar con nosotros y que no nos recibiría porque "no pienso entrar en ese charco". En este punto mis energías estaban ya más que agotadas, por el trato deshumanizado del que fui objeto. Sufrí una crisis de ansiedad, que me obligó a acudir a urgencias del hospital y que me provocó una baja laboral.

Viendo estos hechos con la perspectiva que da el tiempo, creo que cometí un error, cuando decidí solucionar el problema mediante los cauces que el Estado de Derecho pone al alcance del ciudadano (Defensor del Pueblo y Juzgados). Quizás hubiese obtenido mejores resultados, siendo pesada hasta la nausea en la Delegación de Educación. Las mediocres respuestas que recibí así me lo indican.

Defensor del pueblo andaluz.

Acudo al Defensor del Pueblo Andaluz, viendo como se vulneran de manera flagrante los derechos fundamentales a la Salud y a la Educación de mi hijo. Este organismo consigue una respuesta del Sistema Educativo, firmada por la Delegada Provincial de Córdoba.

La respuesta me parece enclenque y tendenciosa. Se fundamenta en que el centro que presta el tratamiento a mi hijo es privado; y que es obligación de la Administración prestar dicho servicio. Obvia que ni el Sistema de Salud, ni el Educativo, ni me han ofrecido nunca, ni tienen, los recursos cualificados para hacerlo. No contempla la posibilidad de concertar el Servicio como ya ha hecho la Consejería de Salud.

Supone que los funcionarios del cuerpo de maestros tienen la capacitación específica para dar a mi hijo un tratamiento conductual intensivo, cuando la realidad es que los mismos maestros del colegio público que llevan 4 cursos trabajando con mi hijo, me demandan a mí que les facilite esa formación, cosa que he hecho de forma gustosa, pagándolo de mi bolsillo. De hecho la maestra de audición y lenguaje me dijo literalmente el día anterior a la reunión con la Delegada: "Dile, de mi parte, que mi formación la has pagado tú de tu bolsillo".

La respuesta de la Delegada, también incluye afirmaciones que no son del todo ciertas. Literalmente "…circunstancia que en ningún caso se ha autorizado por esta Delegación Provincial." Es cierto que no me consta que la Delegada haya respondido a la propuesta del Programa de Transición, remitida por la Directora del colegio público, para el curso 05/06. Este documento se presentó ante la Delegación Provincial el día 10 de octubre de 2005, al inicio del curso.

Fue un documento redactado y consensuado entre los profesionales del CEIP Concepción Arenal, los del Centro Al-Mudarïs, mi marido y yo como tutores del niño. La complejidad, pertinencia, efectividad y continuidad que muestra el documento, es un claro indicador de que la colaboración entre ambos centros (público y privado) no supone ningún conflicto, ni suplantación de funciones, como bien se recoge en las memorias anuales del CEIP Concepción Arenal. Como decía aunque la Delegada no autorizó por escrito el programa de transición a la escuela ordinaria para el curso 05/06, sí estaba al tanto de lo que estábamos haciendo. Por cierto, solicité copia de ese Documento en la Delegación de Educación y ni siquiera se han molestado en contestarme.

Asesor del Ciudadano de la Diputación de Córdoba.

De igual forma acudo al Asesor del Ciudadano de la Diputación de Córdoba, donde el trato recibido fue altamente competente. Tras presentar la documentación pertinente y ser estudiada ésta por un técnico de dicho organismo, se ponen en contacto con la Delegación de Educación, desde donde reciben la misma respuesta de siempre. Desde la Asesoría del Ciudadano se emite un informe admitiendo la pertinencia de nuestra petición, argumentado con los diferentes Tratados Internacionales a los que el Estado Español se encuentra adherido y con las leyes vigentes que protegen al menor y/o al discapacitado.

Juzgado Decano de Córdoba.

En mi intento de proteger los derechos de mi hijo, me dirijo también, telefónicamente, a la Fiscalía del Menor de Córdoba. Expongo verbalmente el caso a la persona que me atendió y ésta me informa que desde allí nada pueden hacer, pues el menor no se encuentra en situación de desamparo. Nuevamente siento que, en un estado de derecho, soy incapaz de encontrar quien me ayude a ejercer los de mi hijo como ciudadano de pleno derecho.

Dando un nuevo paso, me dirijo, mediante escrito, al Fiscal de la Sección de Protección de personas con discapacidad. La respuesta es la misma, como el niño está representado legalmente por sus padres, la Fiscalía no puede actuar.

Seguidamente, pido cita con un Fiscal y nos atiende Dña Mª Eugenia Bautista en su despacho el 26 de octubre de 2006. En esta reunión la Fiscal nos escucha de forma activa y nos orienta sobre cómo podemos conseguir medidas cautelares. De su puño y letra nos redacta un escrito dirigido al Juez Decano solicitando dichas medidas, con hechos fundamentos de derecho, etc. se trataba de un Acto de Jurisdicción Voluntaria. Yo, que poco entiendo de procedimientos legales, actúo como ella me indica.

Resumiendo, del Juzgado Decano el expediente pasa al Juzgado número 5 de Familia, y este Juzgado lo remite a la Fiscalía. Yo entendí que se trataba del la Fiscalía de la Sección de Protección de personas con discapacidad, ya que la Fiscalía del Menor, supuestamente, no podía atender mi caso.

A finales del pasado abril (seis meses después de solicitar las medidas cautelares) hago una llamada al Juzgado número 5 de Familia y me comunican que la Fiscalía decide que este asunto es competencia de otro Juzgado y que las medidas cautelares no son ni urgentes ni necesarias. Nuevamente el estupor hace presa en mí. Yo entendía que la Fiscalía le daría solución al problema de mi hijo, ya que fue la propia Fiscalía la que en un principio me había orientado en mi solicitud.

No entiendo por qué ésto lo tiene que decidir otro Juzgado, puesto que yo nunca me dirigí a un Juzgado concreto, sino al Juzgado Decano de Córdoba. Si el Juzgado de Familia no es el correcto, eso no es responsabilidad mía, y mucho menos de mi hijo, que ya lleva ocho meses sin recibir su tratamiento en condiciones ideales. Pero eso me da igual. Lo que necesita mi hijo es su tratamiento y para eso será necesaria una medida cautelar.

Por otro lado se argumenta desde la Fiscalía del Menor que el colegio tiene profesionales preparados para atender a mi hijo. Esto no es del todo cierto. Ningún profesional del colegio sabe llevar a cabo el tratamiento intensivo conductual que a mi hijo le prescriben sus médicos. Las profesionales que se citan (maestra de audición y lenguaje y maestra de pedagogía terapéutica) están en proceso de formación en esa terapia. Y esa formación la he pagado yo. Es decir: si hay alguien preparado en el colegio es porque yo me he ocupado de su formación. Esa formación ahora se vuelve en mi contra.

También se argumenta que los informes del Centro Al-Mudarïs dicen que las ayudas se irán desvaneciendo. Quiero aclarar que desvanecer no es lo que se ha hecho. Desvanecer es retirar gradualmente una ayuda, apoyándonos para la toma de decisiones en los datos anteriores, es decir, en la evaluación funcional del desempeño del niño. En este caso hemos retirado las ayudas de forma abrupta, basándonos en criterios arbitrarios y en una decisión de la Delegación de Educación. Es decir, "le quito las ayudas al niño porque sí".

8.  Resultados durante el curso 2006/2007

Durante este curso, he intentado que las consecuencias de las negligentes actuaciones por parte de la Delegación de Educación para mi hijo, fueran las mínimas. Con este objetivo, nos reunimos en el CEIP Concepción Arenal, el 18 de septiembre de 2006, todas las personas que hasta ahora hemos participado en el tratamiento de mi hijo: padres, Psicólogo referente del EOE, Directora del colegio, Maestra de audición y lenguaje, Maestra de Pedagogía terapéutica y el Director del Centro Al-Mudarïs.

Por consenso, concluimos que lo menos malo, sería que mi hijo continuara en el colegio, en su aula, con el apoyo de las maestras de audición y lenguaje y pedagogía terapéutica, los viernes toda la jornada, y los lunes, martes, miércoles y jueves hasta las 11,30 de la mañana. Esos tres días, lo hemos estado recogiendo del colegio para recibir su tratamiento en el Centro Al-Mudarïs, con el consiguiente absentismo laboral que ello supone para sus padres.

Por cierto, informada la Delegada de esta situación, en  la reunión del día 21 de septiembre de 2006, nos dijo literalmente: "que sacáis al niño del colegio no me lo digáis a mí, que no tengo que saberlo, que eso me dispara las estadísticas de absentismo"; o sea, que sólo quiere saber lo que le interesa, y sólo prohíbe lo que le interesa también. Si la terapeuta atendiera al niño en el medio natural de la escuela, el niño no tendría que salir del colegio cuatro veces en semana en horario lectivo.

Además se han aumentado las horas de tratamiento por la tarde. Permanece en el colegio 15 horas semanales, y recibe un total de 20 horas semanales de tratamiento en Al-Mudarïs. Estas nuevas condiciones han supuesto un claro deterioro en la calidad de vida de mi familia, en comparación con el curso 05/06.

La relación entre los profesionales del centro público y el Centro Al-Mudarïs no se han suspendido. Periódicamente hacen reuniones de coordinación y formación por las tardes. Formación, que continúo pagando yo, y a la que las profesionales del colegio dedican horas de su tiempo libre. Cuando está a punto de finalizar el curso, los resultados son claros y tristemente negativos. El gran trabajo que todos hemos hecho no ha servido para paliar los efectos de la decisión de la Delegación de Educación sobre mi hijo.

Para mi desesperación, y como era de esperar, la curva de desarrollo y aprendizaje de mi hijo, ha ascendido a menor velocidad que cuando estaba bajo condiciones ideales.

Cuando al final del curso 05-06 decidimos que lo mejor sería que no promocionase a 3º de primaria y repitiera 2º, fue para que pudiera conseguir los conocimientos suficientes para poder promocionar de curso con éxito, como ya hizo al repetir el último curso de Educación Infantil.

Determinadas personas, ajenas a todos los que trabajamos con el niño, no nos han permitido que mi hijo consiga esos objetivos. Ahora, por ley, tiene que promocionar, y pasará a ser el más torpe de la clase, a pesar del trabajo realizado durante varios años y el sobreesfuerzo hecho durante este curso. Sobreesfuerzo de todos, pero que a mí, como madre, me tiene agotada y de baja laboral.

Es muy fácil decidir desde un despacho de la Delegación de Educación, el futuro de un niño al que, ni conocen, ni le dan la más mínima importancia. A mi familia y a mí nos hacen sentir ciudadanos de segunda.

Tras mi hijo llegaran muchos más niños, en concreto, aquellos niños a los que ahora el SAS les paga el tratamiento. Cuando cumplan 6 años y entren en el colegio, el tratamiento será también bruscamente interrumpido.

Concluyendo: siento que somos punta de lanza y nos vamos rompiendo. Pese a estar prescrito por el SAS nunca conseguí que me pagaran el tratamiento. Pese a estar en juego la salud y el desarrollo psíquico y social de mi hijo (menor y discapacitado), actualmente, no puedo conseguir que el tratamiento indicado por sus médicos se aplique en condiciones ideales. En mi familia nos sentimos víctimas del "maltrato institucional, entendido éste como cualquier acto deliberado, negligente o de omisión de los poderes públicos u organismos que prive al niño de sus derechos y de su bienestar o que interfiera en su desarrollo físico, psíquico y social" (Vega, 2003, p. 459)17.

Todo lo anterior contradice el Art.9.1 de la "Declaración Mundial sobre Educación para Todos" (UNESCO 1990)18: "Será esencial movilizar tanto los recursos financieros y humanos existentes como los nuevos recursos públicos, privados o voluntarios. Todos los miembros de la sociedad tienen una contribución que aportar, teniendo presente que el tiempo, la energía y los fondos consagrados a la educación básica constituyen quizá la inversión humana más importante que pueda hacerse para el futuro de un país".

El Juzgado de familia no me ha contestado formalmente aún. Conozco la resolución de la Fiscalía en contra de la medida cautelar porque yo misma me he presentado en los Juzgados. Sin embargo fue una Fiscal la que me orientó en un principio para proceder a reclamar estas medidas. Entiendo que las distintas Fiscalías se contradicen.

Estoy metida en una espiral: de la Delegada a los Inspectores, de los Inspectores a la Fiscalía de la discapacidad, de ahí al Juzgado Decano, de ahí al Juzgado de Familia, de ahí a la Fiscalía del Menor… y digo espiral porque cada vez estoy mas lejos de mi objetivo: conseguir que se restablezcan las condiciones ideales para el tratamiento de la enfermedad de mi hijo.

Si somos su padre y yo quienes debemos velar por sus derechos, en este momento nos sentimos incapaces de ello. Siento que la maquinaria burocrático-administrativa está aplastando el trabajo de mi familia y el acceso de mi hijo a la salud, a la educación, a su posterior formación profesional, al mundo laboral, a la cultura, al ocio…en definitiva a su realización integral, personal y social. Según la UNESCO (2001)19 "La exclusión no es consecuencia del grado de incapacitación de un individuo, sino de un obstáculo a la participación levantado por la sociedad".

Entiendo que el derecho a la Salud de mi hijo está siendo vulnerado, y que las familias, en la mayoría de los casos, tenemos más recursos para colaborar de lo que profesionales y políticos piensan, llevados por sus prejuicios, su falta de conocimiento y su excesivo paternalismo. Yo he presentado una propuesta de mejora y el Sistema Educativo, a cambio, nos arruina la vida a mi familia y a mi hijo. 

En Córdoba a 13 de mayo de 2007

Ana María Díaz Pérez

DNI: XXXXXXXXX

C/ XXXXXXXXXXXXXXX

14XXX Córdoba

Referencias

  1. McEachin JJ Smith T, Lovaas OI. Long-term outcome for children with autism who received early intensive behavioral treatment. Am J Ment Retard. 1993 Jan; 97(4):359-72; discussion 373-91.
  2. Lovaas OI. Behavioral treatment and normal educational and intellectual functioning in young autistic children. J Consult Clin Psychol. 1987 Feb; 55(1):3-9.
  3. Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Declaración de los Derechos del Niño. Principio 7. (http://www.unhchr.ch/spanish/html/menu3/b/25_sp.htm)
  4. González Menéndez, A.M., Williams, G. y Pérez-González, L.A. (2003). Tratamientos Eficaces para el Autismo. En Pérez Álvarez, M., Fernández Hermida, J.R., Fernández Rodríguez, C. y Amigo Vázquez, I. (coords.) Guía de Tratamientos Psicológicos eficaces. (pp. 43, 33-34 y 35). Madrid. Ed. Pirámide.
  5. UNESCO. (1994). Declaración de Salamanca y Marco de Acción para las necesidades educativas especiales. (pp.12)(http://unesdoc.unesco.org/images/0009/000984/098427so.pdf)
  6. Centre for Educational Research and Innovation (CERI) (1998). Education at Glance-OECD Indicators. Paris: OECD
  7. Instituto de Salud Carlos III. Grupo de Estudio de los Trastornos del Espectro Autista IIER/ISCIII. Informe sobre Demora Diagnóstica de los TEA. 2004. (http://iier.isciii.es/autismo/pdf/aut_isdd.pdf)
  8. Junta de Andalucía. Consejería de Salud (2006). Atención Temprana: Proceso Asistencial Integrado. Sevilla.
  9. Junta de Andalucía. Consejería de Salud (1997).Guía de atención a la infancia con problemas crónicos de salud. Sevilla.
  10. Fuentes-Biggi, J., Ferrari-Arroyo, M.J., Boada-Muñoz, L., Touriño-Aguilera, E., Artigas-Pallarés, J., Belinchón-Carmona, M. et al. (2006) Guía de Buenas Prácticas para el tratamiento de los trastornos del espectro autista. Revista de Neurología, 43 (7): 425-438
  11. Informe de la Unidad de Neuropediatría del Hospital Reina Sofía de Córdoba. Fechado 11 de noviembre de 2004, firmado por el Dr. Rafael Camino León y visado por el Jefe del Servicio de Pediatría, Dr. Juan Luis Pérez Navero. "Diagnóstico: Trastorno Generalizado del Desarrollo. Tratamiento: Aconsejamos continúe con una escolarización combinada, con integración en aula ordinaria y periodos variables de atención individualizada o en grupos pequeños. Creemos necesario que realice un programa de tratamiento conductual intensivo y por ello recomendamos siga el programa de trabajo establecido por el Centro de Alta Eficacia para la enseñanza del lenguaje Al-Mudarïs, con amplia experiencia en esta terapia de habilidades sociales básicas para la transición a la escuela ordinaria."
  12. Informe del Equipo de Orientación Educativa Levante–Alcolea de la Consejería de Educación en Córdoba. Fechado el 15 de marzo de 2004 por el Orientador de referencia, Juan M. Sánchez Velasco. "…debe ser considerado alumno con necesidades educativas especiales derivadas de un trastorno generalizado del desarrollo (autismo). […] Tiene una adaptación curricular que afecta básicamente a metodología y distribución de tiempos. Sigue un programa de trabajo compartido y coordinado con el centro de Alta Eficacia para la Enseñanza del Lenguaje Al-Mudarïs en el que recibe tratamiento conductual intensivo."
  13. Escrito del Servicio Andaluz de Salud. Fecha de salida: 8 de marzo de 2006, firmado por el Subdirector de Programas y Desarrollo, Javier García Rotllán. "…estimamos que por la edad de su hijo, las actuaciones psicopedagógicas planteadas en su solicitud (tratamiento conductual intensivo en el Centro de Alta Eficacia para la Enseñanza del Lenguaje Al-Mudarïs de Córdoba), deben coordinarse desde la Consejería responsable de esa materia, que es la de Educación. En ese sentido, vamos a iniciar los contactos con los responsables de esa Consejería a nivel central, para que valoren que alternativas se puede ofrecer desde la Administración a la atención de los problemas de su hijo, tal y como plantean, como propuesta de mejora, y se lo comunicaremos oportunamente."
  14. Escrito del Servicio Andaluz de Salud. Fecha de salida: 18 de abril de 2006, firmado por el Subdirector de Programas y Desarrollo, Javier García Rotllán. "…tras varios intentos, hemos contactado con los responsables de la Consejería de Educación a nivel central […] tras exponer el caso, nos comentaron que no tramitan casos particulares en esos Servicios Centrales, informándonos que cualquier actuación se lleva a cabo desde las Delegaciones Provinciales."
  15. Escrito de la Consejería de Educación, fecha de salida: 27 de septiembre de 2006, firmado por la Directora General de Participación y Solidaridad en la Educación, Mercedes González Fontádez. "Con fecha de 22 de septiembre de 2006 se da traslado al expediente 620, recibido el 16 de junio del mismo año, a la Delegación Provincial de Educación para ratificar la modalidad de escolarización autorizada para su hijo en el curso 2006/2007, así como para que se les informe acerca de las posibilidades de asignación de ayudas de reeducación pedagógica o del lenguaje reguladas por MEC en la Orden ECI/1568/2006, de 8 de mayo, por la que se convocan ayudas para el alumnado con necesidad específica de apoyo educativo para el curso 2006/2007." 
  16. Escrito de la Delegación Provincial de Educación en Córdoba. Fecha de salida: 30 de agosto de 2006, firmado por el Jefe del Servicio de Ordenación Educativa, Rafael Ruiz Serrano. "El CEIP Concepción Arenal de Córdoba cuenta para el curso 2006-07 de un recurso de nueva creación de Educación Especial para dar respuesta, especialmente, a las Necesidades Educativas Especiales de niñas y niños con Trastorno Generalizado del Desarrollo. Por ello, desde esta Delegación de Educación, entendemos que la respuesta educativa que su hijo  precisa en horario lectivo puede ser satisfecha con los recursos que cuenta el Centro."
  17. Vega Fuente, A. (2003). La comunidad como medio educativo. En Gento Palacios, S. (coord). Educación Especial I. (pp.459). Madrid. Ed. Sanz y Torres.
  18. UNESCO (1999). Declaración Mundial sobre Educación para Todos.(pp. 13)(http://www.unesco.cl/medios/biblioteca/documentos/ept_jomtien_declaracion_mundial.pdf)
  19. UNESCO (2001). Education for All and Children Who are Excluded.(http://unesdoc.unesco.org/images/0012/001233/123330e.pdf)

2 febrero 2010

PARA CARMEN. SIN DUDA UNA MADRE CORAJE (Y PARA ALE QUE, SEGURO DESPIERTA EN ELLA LO MEJOR QUE LLEVAMOS DENTRO)

Filed under: Denuncia pública, Testimonios — Mª Ángeles Sierra Hoyos @ 22:53

 

Por Manuel Rodriguez González *

Un día ya bastante lejano en el tiempo, que no en el recuerdo, comencé a vislumbrar las diferencias de una niña que apenas era eso; niña peculiar, alegre y perdida, pero atípica.

Aún recuerdo una tarde que en mi habitación rompí a llorar por la impotencia de no saber el por qué de sus peculiaridades que, en modo alguno daba lugar a las piezas que componen nuestro monótono aprendizaje individual. Allí estaba ella a escasos centímetros jugando y riendo como si nada, mientras me veía como lloraba amargamente por mi desesperación tras no entender nada. Eran lágrimas de desaliento, de miedo por un futuro incierto y lleno de temores fundados y muy dañinos; no para mí como conductor de esa niña sino por los muchos obstáculos, baches y caminos cortados que esa niña se encontraría en esa difícil y sinuosa senda que debería atravesar, en esta sociedad fagocitante que se siente amenazada y agredida ante la diversidad, quizás porque inútil de valores y de compromisos tiembla desubicada y asustada.

Comprendí, como padre y madre a la vez, que iba a ser un trabajo duro el responder a sus exigencias y a sus excelencias; a sus inhibiciones y a sus deseos cotidianos, pues inmersa en su mundo solía responder diferente ante los estímulos de cercanos y lejanos; sólo que aquellos lejanos le fueron dando de lado, exprimiendo sistemáticamente su alegría innnata, apartándola de ellos en el mejor de los casos; vejándola y burlándose en el otro extremo.

Han pasado ya bastantes años desde aquel primer escrito al colegio donde a mi hija los propios maestros la ninguneaban y pasaban de ella. De ese primer escrito de una colección extensísima, recuerdo muy nítidamente una frase que tomé prestada de un tema de Alberto Cortez que decía: “Juan Comodoro buscando agua encontró petróleo pero se murió de sed.” A esta le sume “Silvia pasó a 4º pero finalmente fracasó no sólo a nivel escolar, social y emocional, sino en todos los órdenes.” Era el síndrome de Cassandra, en que visionas, sin tener una bola mágica, esa transparencia de la que hablabas y que sabes lo qué sucederá a corto medio plazo. Transparencia que aunque quema por la desidia de quienes debieran proteger a estos niños diferentes, deshabilitados institucionalmente, te hace preguntarte por la miseria y el cinismo de buena parte de la especie humana cuando se sienten importantes, supremos, superiores y dignos de ser “normales” cuando su desfachatez ética y humana les convierte en orangutanes charlatanes, verdaderas atracciones de feria, juglares de masas, anarquistas colaboradores de la ignorancia y simpatizantes de anabolizantes pensamientos vanos. Pagan su deuda con el engaño de una sonrisa demasiado artificial, con el saludo de quien quiere parecer preocupado, consciente y partícipe de llevar a buen puerto a estos niños que tuvieron la “desgracia” de no ser tan monótonos ni tan marciales como muchos infantes, engreídos, agresivos, crueles y atrevidos al hacer daño a quienes sienten inferiores. Es el aprendizaje distorsionado dado por “adultos” y su forma de sentirse bien, de sentar adecuadamente sus nalgas cuando ya representado el papel de ciudadanos de bien pasan a la lástima, cuando no al desprecio que conlleva una crítica o un chiste fácil.

Como expresaba aquella tarde que rompí a llorar delante de mi hija comprendí que somos nosotros los padres los que debemos empujar, hacerles un sitio, interpretar el dolor de estos niños, sus exigencias, sus derechos y su reconocimiento social, como una diversidad, una opción, un deber maternal/paternal que nada ni nadie debe pisar. Lo demás, lo que venga mañana, próximamente o desgraciadamente dentro de otra generación ya se andará. Por el momento madre coraje no debemos parar. ÁNIMO Y NI SE TE OCURRA RETROCEDER NI SIQUIERA PARA COGER FUERZA Y SALTAR

Un abrazo mío de Silvia y de Daniel para Ale, para ti y los tuyos.

* Manuel Rodriguez González es miembro del Foro de Vida Independiente además de ciudadano discriminado por el vejatorio trato que el sistema educativo de la Junta de Extremadura le  está propinando, tras denunciar el imperdonable mobbing en la escuela que ha obligado a que su hija hoy no esté en condiciones de normalidad escolarizada lo que ha supuesto su actual situación  de excedencia forzosa. Estás cosas pasan en nuestra progresista y siempre regresiva España, donde quienes dicen representarnos no  representan nada.

SE AVECINA UN TORMENTOSO FUTURO, LLENO DE DIFICULTADES, ¿PESIMISTA? CREO QUE NO.

Filed under: Testimonios — Mª Ángeles Sierra Hoyos @ 14:42
 

Por Carmen Morales.

Los que sabemos y vivimos una vida distinta somos conscientes de que el futuro lejos de ser impredecible es transparente, odiosamente transparente, insoportablemente transparente.

No puedo engañarme soñando que Ale va a tener un estupendo futuro en igualdad de derechos y oportunidades, si a veces lo sueño es porque tengo una imperiosa necesidad de verlo asi para poder continuar con un ápice de ilusión, de otra forma caería derrotada porque la precipitación de la propia vida impide que existan cambios rápidos de tal forma que a Ale le de tiempo a disfrutarlos.

Que gracia me hace la frase: "la esperanza es lo último que se pierde", la esperanza no existe. Existe la lucha, la tenacidad, el esfuerzo, la tozudez pero la esperanza es solo para los poetas y otros mundos imaginarios.

Alejandro ya tiene 15 años, y ya mismo 18 y ya mismo 25 y …… ¿habrá cambiado la realidad cotidiana?, ¿podrá hacer Ale su vida como cualquier otro chaval de su edad?, ¿tendrá las mismas oportunidades? ya pronostico yo que no y sin baraja de tarot. Todo sigue igual, todo seguirá igual o ¿acaso no?.

Los derechos solo se pueden luchar en los tribunales, que vergüenza, que asco de democracia, que asco de política, que asco de leyes y que asco de gente.

¿Podré crear un futuro decente a mi hijo? o simplemente el devenir me aplastará sin conseguir nada y no tendrá oportunidades y ¿se tendrá que conformar con la voluntad de lo que quieran los demás? o ¿podrán ser sus deseos y su voluntad los que definan su futuro?.

LO ÚNICO QUE POR AHORA NO HA PERDIDO SENTIDO ES QUE HAY QUE LUCHAR, HAY QUE BATALLAR, HAY QUE CONVERTIRSE EN MOSCAS COJONERAS, HAY QUE CONVERTIRSE EN INDESEABLEMENTE PESADOS.

"POR UNA VIDA DIGNA PARA TODOS Y TODAS".