Diversidad funcional o la autogestión individual de nuestras vidas.

12 septiembre 2009

Algún día pretenderán cobrarnos hasta por entrar a mirar en las grandes superficies.

 

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De bolsas caca y algunas cacas más

Ángeles Cáceres ÁNGELES CÁCERES

No seré yo quien me descuelgue poniendo a parir a esa cadena comercial que, a su vez, se ha descolgado con la encomiable iniciativa (publicitada a bombo y platillo, por supuesto) de ir suprimiendo una parte de esos plásticos que, bajo las más diversas formas, contribuyen poderosamente a envenenar un poco más nuestro sufrido planeta, a punto ya o casi de reventar definitivamente de una indigestión de mierda enconada.

Y no la voy a poner a parir (a la cadena comercial, digo), porque siempre es de agradecer que alguien empiece a plantearse ir suprimiendo porquería, sobre todo si es de las que tardan la friolera de 400 años en desintegrarse; que parece ser que es lo que viene tardando en desaparecer una bolsa de plástico de esas que nos dan cuando compramos algo, lo que sea, en cualquiera de las grandes (o pequeñas) superficies comerciales sin las que ya no somos capaces de vivir.

Y siempre es de agradecer, digo, aunque se antoje meridianamente claro que semejante decisión tan ecológicamente beneficiosa no ha sido tomada basándose en parámetros de ética medioambiental, por así decir, sino más bien sujetándose a criterios estrictamente económicos. Vamos, que no suena mucho lo que se dice a casualidad que sea justamente ahora, coincidiendo con la crisis que aprieta a las empresas comerciales amenazando con mermar el capítulo de sus esplendorosas ganancias, cuando se les haya despertado una aguda conciencia ecológica a los mandamases de sus consejos de administración, llevándoles a decidir de un plumazo que hay que quitar de la circulación, pero ya mismo, esas bolsas tan contaminantes que se venían proporcionando al cliente (de forma gratuita, téngase bien en cuenta ese detalle) a la hora de pagar la compra en las cajas registradoras de los establecimientos. Que si a eso vamos las dichosas bolsicas tampoco nos salían gratis, porque su precio ya se nos cargaba por otra parte y bajo otros conceptos en lo que comprábamos, lo mismo que se nos cargan las pérdidas (mejor dicho, las no-ganancias) fruto de hurtos, deterioros y demás, que así son las leyes del comercio; pero ésa es otra historia.

image Decía, y digo, que no seré yo quien vaya en contra de la supresión, siquiera sea mínima, de guarrísimos elementos altamente contaminantes; pero digo al mismo tiempo que no se nos pretenda vender esa iniciativa como consecuencia directa de un acto de concienciación medioambiental, ni se nos presente a los "padres" de la idea como ángeles benefactores, sinceramente preocupados por la salud de nuestro muy martirizado y preagónico planeta. (Por cierto: no se me tache de tremendista por llamar preagónico al estado de salud de la Tierra. Nada menos que Miguel Delibes, hace ya bastantes años, fue más lejos que yo titulando un estremecedor libro suyo (que debería ser de lectura obligatoria) así: "El mundo en la agonía".

Decía que iniciativas del tipo de la de las bolsas siempre tienen recámara; en este caso, suprimir gastos y, ya que estamos, forzar al público a que se deje las perricas comprando otro tipo de bolsas mucho más ecológicas; que pone a la venta, faltaría más, la misma cadena que retira las gratuitas. Cadena que sigue vendiendo, faltaría más también, cientos, si es que no miles, de productos de plástico tan contaminantes, o si me apuran hasta más, que las repajoleras "bolsas caca" que con tanta alharaca publicitaria uno de estos días se van a empezar a retirar de la circulación.

Y es que a mí, con perdón, desde que empecé a recibir el machacón mensaje publicitario de la "caca" bolsífera no se me va de la cabeza esa frase típica que estamos todos hartos de oír, poniéndola más o menos metafóricamente en boca de los angelitos en edad infantil, y que encadena ingenuamente las palabras feas que jamás debe decir en público un@ niño@ como Dios manda. Ya saben, aquéllo tan archiconocido de: caca, culo, pedo, pis. De manera que, me parece a mí, si queremos ser medianamente consecuentes no podemos quedarnos en las bolsas caca sino que hay que arremeter también contra todos los otros productos culo, y pedo, y pis que emponzoñan el medio ambiente y nos envenenan cada vez que abrimos la boca para respirar, y que no es que tarden 400 años en desintegrarse sino que muchos ni se sabe si llegarán a desintegrarse nunca, léase los residuos nucleares, sin ir más lejos.

Bienvenida sea pues la iniciativa de retirar bolsas de plástico, pero sin hacerles el juego a las cadenas comerciales. Sin comprarles después a ojos cerrados lo que ellos quieran vendernos. Porque, por si ustedes no habían caído en ello, somos los compradores los que tenemos la última palabra. Sólo hace falta tener claro cuál es, y pronunciarla. Pero, eso sí, juntos. Y, a poder ser, todos.

Algo estamos haciendo muy mal.

Filed under: Artículos de opinión, Reflexiones — Mª Ángeles Sierra Hoyos @ 13:13

Por Mª Ángeles Sierra.IM000668.JPG 

Todo aquello que nos reconocen las leyes es por derecho y por deber nuestro. Pero ¿qué ocurre cuando entre lo que se legisla y lo que se aplica, la gran mayoría colectiva no prima?

Algo están haciendo muy mal algunos y algo estamos quizás consintiendo demasiados.

Todo cuanto nos atribuyen las les leyes, se desmiente en la práctica. La gran mayoría de españoles no somos usufructuarios y mucho menos perceptores de una vivienda digna, ni de un empleo digno, ni de un salario digno, ni de unas pensiones dignas, ni de un entorno universalizado, ni de una educación igualitaria y homogénea, ni de unos servicios sociales basados en saber hacer frente al coste de igualdad de oportunidades de sus ciudadanos. Sin embargo y pese a lo mucho en que de forma grupal o colectiva parecemos intentar reivindicar estas y otras muchas realidades de desigualdad social con que cada día nos despachamos, algo estamos entre todos haciendo demasiado mal para que lejos de encontrar la vía de las soluciones estemos incluso contribuyendo con nuestras ocasionalmente fatigosas e inoperativas acciones a agrandarlo.

No somos ajenos a las “movidas sindicales”, ni al “alzamiento de voz” de diferentes grupos sociales, pero permanecemos estancados en una especie de callejón sin salida que lejos de unificarnos como sociedad completa y solidaria diríase que nos segmenta y aísla convirtiéndonos en unos para otros como en una especie de sujetos de colectivos caprichosos a la par que insolidarios.

Nuestro sistema político, administrativo y económico falla, porque nosotros como sociedad, también estamos fallando. Quizás nuestro grado de condescendencia, que no es más irresponsabilidad individual está siendo tan extremadamente pronunciado, que la suma de todas esas irresponsabilidades es el verdadero origen de lo que de forma global nos está pasando, tal vez llevados de la mano, de que cuanto acontece en nuestro entorno social lejos de meditarlo y reflexionarlo para adoptar la oportuna y responsable decisión, lo acabamos consintiendo o delegando aun sabiendo que en ello nos va el fracaso.

El sistema se aprovecha de nosotros, porque el sistema somos nosotros, los mismos que una y otra vez tiramos piedras contra nuestro propio tejado. ¿Si sabemos que algo no funciona, por qué perdemos el tiempo en inútiles conductas en que además perseveramos? Me atrevería a decir que como sociedad, ni siquiera hemos madurado. Y no es que tengamos lo que nos merecemos, sino más bien que aun no somos plenamente conscientes de que somos merecedores de algo tan sencillo como nuestra propia dignidad.

Afortunadamente, algunos, en ello estamos.

Un centro asistencial de personas con discapacidad de Valladolid registra 36 casos de gripe A

Filed under: Noticias — Mª Ángeles Sierra Hoyos @ 11:32

 

Ical / Valladolid

Los Servicios de Epidemiología y asistenciales de la Junta de Castilla y León han atendido durante los últimos días un brote de gripe A/H1N1 registrado en el C.A.M.P. ‘Don Bosco’ de Valladolid. En total se ha registrado una treintena de casos entre la población residente y otros seis en trabajadores de este centro.

Según informan fuentes del Gobierno regional, cuatro de los residentes han precisado ingreso hospitalario en el Hospital Clínico Universitario de Valladolid, donde han recibido ya el alta médica tres de ellos mientras que el cuarto permanece ingresado en dicho centro hospitalario vallisoletano; el resto de personas afectadas han presentado cuadros leves y una evolución favorable.

Tras la oportuna toma de muestras para la caracterización del tipo de virus se han confirmado tres positivos por gripe A/H1N1. La Junta ha puesto en marcha los protocolos asistenciales y sanitarios previstos ante esta situación y desde la notificación de los primeros casos se ha mantenido la asistencia médica de los afectados y la vigilancia epidemiológica ante la posible aparición de nuevos casos; además, se ha procedido al aislamiento de los posibles casos sospechosos del resto de personas residentes.

Por parte de los servicios asistenciales sanitarios de Atención Primaria se ha prestado atención diaria y continua a los afectados leves en las instalaciones del C.A.M.P.; asimismo, al tratarse de personas con discapacidad, profesionales de Sacyl han realizado una revisión médica protocolizada e individual a todos los residentes de este centro.
Asimismo, se ha informado a los trabajadores de las medidas de prevención y de control para el manejo de los pacientes enfermos, facilitando los equipos de protección individual necesarios y se ha reforzado y recordado las medidas de higiene personales para residentes y trabajadores del centro.

Dadas las especiales características del centro, se ha suspendido temporalmente las actividades vinculadas al centro de día y al taller ocupacional; no se han registrado casos entre las personas asistentes a estas actividades vinculadas a este C.A.M.P.