Diversidad funcional o la autogestión individual de nuestras vidas.

18 septiembre 2009

De: saciados, para: hambrientos

Filed under: Reflexiones, Reivindicación — teuladi @ 13:03

 

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De saciados para hambrientos

18 Sep 2009

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De: Saciados

Para: Hambrientos

Asunto: No tenemos vergüenza

Debería de darnos vergüenza luchar por una silla en el G-20 o ponerle inyecciones de liquidez a los bancos: el número de hambrientos en el mundo acaba de superar los 1.000 millones. Ese G-20 en el que echamos ampollas por sentarnos ha dejado de dar, desde 2005,  23.000 millones de euros anuales. Con menos de un 1% de lo que en los países ricos les hemos regalado a los bancos y al sistema financiero se habría resuelto el problema. Sigamos llenándonos la boca de solidaridad, mientras hay mil millones de personas sin nada que llevarse a la boca.

 

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Carta con respuesta…

Filed under: Artículos de opinión, Cartas de los lectores — teuladi @ 12:41

 

 

Vos tenés razón

18 Sep 2009

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Tags: autoridad

Sólo quiero hacer un comentario sobre la opinión que una vez más se envía a la sociedad (en las aulas y fuera parece decir el PP), de que el usted o el tutear modifica el respeto a las personas. Señora Aguirre, mire usted, a mi madre la tuteo y a mi suegra la trato de usted, y no por eso le tengo más respeto a mi suegra ni menos aprecio a mi madre.

Mª JOSÉ IZQUIERDO BORAO. TERUEL

—O—

Nada bueno vendrá de las procelosas entrañas del sulfúrico PP. Por lo que recuerdo, sin embargo, el usted, lo recuperó el PSOE en cuanto se acomodaron en las poltronas (perdón: asumieron responsabilidades). Quizá se debía a que eran demasiado jóvenes y querían hacerse respetar (aunque a Peces-Barba se le haya olvidado ya). Es famosa la anécdota de la entrevista con Javier Solana: se había vuelto de pronto ministro y el periodista, viejo amigo, le preguntó si se tuteaban en la entrevista. “Como usted prefiera”, respondió. Tampoco he olvidado la risa que daba aquella tele de los ochenta en la que notorios compinches se usteaban con solemnidad. Luego vino la corbata y dejaron las chaquetas de pana en el guardarropa, aunque siempre conservaron en naftalina una cazadora de cuero, disponible para cuando hubiera mitin.  

Las muestras de respeto son signos convencionales: no veo la diferencia entre el tratamiento de usted (que ahora reclama el PP) y la exigencia de corbata o pantalón largo en verano (que todavía exigen socialistas como José Bono). Como es obvio, puesto que son convenciones, no tienen por qué ser sinceras: se puede ir de punta en blanco al Congreso sin ningún respeto a la institución, como le pasa a usted con su suegra.

En sí misma supongo que ninguna convención es preferible a otra, y todas ridículas, pero sí creo que algún sistema de signos convencionales tendremos siempre. Para decidir de cuáles debemos prescindir hay muchos criterios. Uno es: si el PP lo promueve, será algo diabólico. Pues bueno, pues vale. Tampoco tengo ningún criterio mejor, salvo quizá el de la riqueza lingüística. A mí me entristece que mi hija no sepa usar el usted y, si por mi fuera, debería aprender a tutear, ustear y vosear con soltura.

blogs.publico.es/rafaelreig

5 comentarios

Hecha la Ley…

Filed under: Noticas sobre la LEPrA. — teuladi @ 12:24

 

Dependientes La Ley de Dependencia financia de forma irregular   a miles de usuarios.

 

Tres años después de aprobar la ley aún se desconoce la cifra actual de beneficiarios

Muchos ciudadanos se registran por duplicado o triplicado

CARMEN MORÁN – Madrid – 14/09/2009

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Casi tres años después de que arrancara la Ley de Dependencia, el Gobierno desconoce aún con exactitud cuántas personas se benefician de una de esas ayudas. Los datos de usuarios que facilitan las comunidades siempre han estado inflados. Primero, con más de 50.000 muertos que no se habían sacado de la estadística. Y ahora con casi el mismo número de personas que aparecen repetidas. El sistema de información es tan deficiente que el Gobierno desconoce datos imprescindibles para financiar correctamente esta ley. El Ejecutivo estaría pagando a las comunidades por una cifra de ciudadanos alterada, porque algunos están registrados por duplicado o triplicado, como reconocen algunas comunidades consultadas.

Es imposible que coincida el número de necesitados con el de ayudas.

La asistencia en casa se da a veces junto a una plaza en un centro de día

Los últimos datos, del 1 de septiembre, muestran que hay 654.035 beneficiarios. Y la misma cifra de prestaciones, entre las concedidas y las que están por concederse. Por tanto, se equipara el número de personas con el número de ayudas concedidas. Y eso es, sencillamente, imposible.

Imposible, porque miles de ancianos están recibiendo más de una ayuda. Por ejemplo, van a un centro de día y además perciben una asistencia a domicilio. Eso ocurre en muchas comunidades.

Imposible que haya el mismo número de personas que de prestaciones, porque todavía se están incorporando a las listas de la Dependencia los más graves, o sea, los grandes dependientes y los dependientes severos. Y a éstos, no se les puede prescribir solamente un servicio de teleasistencia. La teleasistencia es un dispositivo que llevan los ancianos que suelen vivir solos. Lo usan para avisar a alguien si tienen algún percance. Tampoco los grandes dependientes pueden recibir sólo una ayuda técnica para adaptar la bañera, ni un taller de psicomotricidad, ni de rehabilitación, ni de terapia ocupacional. Estos servicios han de ir complementando a otros, como la asistencia a un centro de día o a un geriátrico.

Sin embargo, en las estadísticas de la Ley de Dependencia que hace públicas el Imserso, cada una de esas ayudas figura como correspondiente a una persona distinta. De otro modo no saldría el mismo número de beneficiarios que de prestaciones. Como esa forma de contar falsea la realidad, ¿cuántos beneficiarios hay de verdad? Imposible es, también, saberlo.

Pero se puede ensayar un cálculo simple. Han de desaparecer de la lista las 2.554 personas (o prestaciones, da igual) que figuran como usuarias de una ayuda para prevenir la dependencia (ver gráfico). Esos están repetidos por fuerza. Han de desaparecer también los 28.286 que tienen concedida teleasistencia, porque están repetidos en otros servicios. Y haciendo un cálculo, seguramente a la baja, habría de caer de la lista al menos un 10% de los que aparecen en ayuda a domicilio y centros de día porque son dos ayudas que suelen ir juntas para una sola persona. Sumado todo ello, unas 40.000 personas están repetidas.

El Gobierno siempre ha equiparado el número de beneficiarios con el de prestaciones. "La cifra no puede ser muy diferente", aventuran fuentes del Ministerio de Sanidad y Política Social. Pero las comunidades reciben dinero por esas personas y, de paso, sus estadísticas regionales salen maquilladas.

El Gobierno está librando dinero a las comunidades sin conocer el número exacto de beneficiarios, aunque afirma que paga por persona atendida (en el llamado nivel mínimo, de 70 a 263 euros por persona y año según su gravedad). Pero las comunidades también reciben financiación por el número de beneficiarios con derecho a prestación, aunque aún no estén atendidos. Y en esa bolsa hay más de 209.000 ciudadanos, de los que se desconoce los repetidos. No hay forma de saberlo. También las comunidades afirman que cobran por persona.